La recepción del 'dramma per musica' en España. Por Raúl Angulo Díaz

La recepción del dramma per musica en España

   Por Raúl Angulo Díaz
Hasta tiempos relativamente recientes se ha venido sosteniendo que la ópera italiana se introdujo por primera vez en España en 1703, cuando Felipe V trajo de Milán a una compañía italiana conocida como los «Trufaldines». El responsable de tal afirmación parece serque fue José Antonio Armona, que en el Apéndice 3º de sus Memorias cronológicas sobre el teatro en España (1785), describió a esta compañía como «una compañía de cómicos y operistas italianos» . […]

   Han sido Juan José Carreras, especialmente en su artículo «De Literes a Nebra: la música dramática entre la tradición y la modernidad» (2000), y Fernando Doménech Rico, en su documentado libro Los Trufaldines y el Teatro de los Caños del Peral (2007), quienes han demostrado sin resquicio a la duda que los comediantes italianos a los que se llamaba «Trufaldines» no constituían una compañía de ópera, sino una compañía de commedia dell’arte, un género de espectáculo en el que los actores representaban improvisando los diálogos, y en el que la acrobacia y el baile, y no tanto el canto, eran elementos importantes. A los Trufaldines, por tanto, no se les puede responsabilizar de la introducción de la ópera italiana en la escena española. Su influencia fue más bien decisiva para que algunos de los poetas más importantes del período se decidieran a escribir «trovas de las comedias italianas» que alcanzaron un enorme éxito, como Duendes son alcahuetes o el espíritu foleto (1709) de Antonio de Zamora y El trufaldino español y espiritada fingida (1714) de José Cañizares. También sería destacable, a juicio de Doménech Rico, la repercusión que la commedia dell’arte, tal como era practicada por los Trufaldines, tuvo sobre la «comedia de magia», género que tanto éxito cosechó en las tablas españolas durante todo el siglo XVIII. A la hora de apoyar esta tesis, Doménech Rico tiene en cuenta que las farsas que los Trufaldines improvisaban estaban aderezadas, al igual que las comedias de magia, de asombrosos efectos mágicos, y muchas de ellas tenían a la magia como tema principal . […]

   La influencia del dramma per musica y, en general, de la música italiana en la corte española en realidad es anterior a la llegada de los Trufaldines a Madrid en 1703. En la última década del siglo XVII, coincidiendo precisamente con la llegada de Sebastián Durón a Madrid, se percibe un intento de mejorar la imagen del soberano español, el enfermo Carlos II, que ante los embajadores extranjeros aparecía como una figura afectada de una excesiva debilidad. A tal fin se acudió a las formas artísticas italianas, especialmente las procedentes del reino de Nápoles, y se reformó algunos de los espacios más representativos del poder de la Monarquía, como Aranjuez. 

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