Lamentamos informar del fallecimiento durante la noche del miércoles 29 al jueves 30 del pasado mes de abril del gran pianista suizo Dominique Weber, gran maestro del piano que además estuvo vinculado a España durante años a través del Festival Internacional de Piano de Gijón, ciudad donde era frecuente verle recorrer en bicicleta durante los numerosos veranos que visitó nuestro país. Weber falleció a los 63 años, tras una larga enfermedad, según información publicada por la Universidad de Música de Ginebra: «Durante muchos años padeció una enfermedad extremadamente dolorosa. Solo regresó al escenario para recitales ocasionales pero memorables que atestiguaban su extrema sensibilidad y la brillante perfección de su interpretación. Puso toda su pasión e integridad artística al servicio de la enseñanza y marcó a cada estudiante por la intensidad intransigente con la que los apoyó en su búsqueda de significado a través y más allá de su instrumento», explica el centro en una publicación en la que anuncia un homenaje en otoño al pianista.
Dominique Weber estudió con Carlo Zecchi, Eduardo Vercelli y Leon Fleisher, de quien fue asistente en el Conservatorio de Música Peabody en Baltimore, EE. UU. Tras hacerse con el primer premio en el Young Concert Artist en Nueva York, la vida de Dominique Weber como artista cambió repentinamente debido a un accidente que gradualmente lo privó del control de su mano derecha. Posteriormente se dedicó a la enseñanza en el Conservatorio Popular de Música de Ginebra antes de hacerse cargo de la clase de su maestro Eduardo Vercelli en la La Haute école de musique de Genève [1990 - 2020] y en el Conservatorio Tibor Varga en Sion [1993 - 2004]. Ha sido invitado frecuentemente para impartir clases magistrales en Europa, Estados Unidos y Asia. «Tuve la suerte de asistir a su recital en el Auditorio del IES Fernández Vallín de Gijón», explica Aurelio M. Seco, director de CODALARIO. «Fue un honor asistir a aquel recital. Precisamente por su estado de salud, no era fácil ver a Dominique Weber tocar el piano en público. Recuerdo un Brahms muy refinado, cálido, de gran sensibilidad».
Foto: Festival de Gijón
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