Ciclo III Centenario del nacimiento de Carlos III. Un recital con cuatro estrenos.
Un reportaje de Agustín Achúcarro
La Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid dedica un ciclo de tres conferencias y un concierto a la figura de Carlos III, con motivo del tercer centenario de su nacimiento, que tuvo lugar en 2016.
El ciclo, con el acceso libre, concluye el 26 de enero con un recital del pianista Diego Fernández Magdaleno, en la sede de la Academia, sita en la Casa de Cervantes. “Cuando me invitaron a participar propuse un programa en el que hubiera obras en homenaje al monarca, algunas piezas que llevan como título la palabra aniversario y otro tipo de música”, apunta Fernández Magdaleno.
Una elección que para este Premio Nacional de música en 2010 podría definirse por su coherencia interna. “Hay tres obras dedicadas a Carlos III, escritas específicamente para este programa, que por lo tanto son estrenos absolutos: Homenaje a Carlos III de Elena Martín, Una página para Carlos III de María Ortiz, que tienen una referencia oculta al homenajeado, y Carlos III: Diálogo Scarlatti-Kurtág de Edward Ivory, en la que se mantiene un dialogo muy curioso entre los compositores que dan título a la obra, de hecho es una sonata del primero tocada con procedimientos del segundo”, aclara el pianista.
Aún hay un estreno más, concretamente Aniversario de Francisco García Álvarez. Este compositor le regala desde 1997 cada año un Aniversario a Fernández Magdaleno, que se ha decantado por el de 2005 por poseer una referencia a la música de la época del soberano.
Y luego están las otras composiciones escogidas por Fernández Magdaleno. “Digamos que piezas como Estudio 7 y Estudio 8 de Philip Glass no tienen ninguna referencia con el aniversario (el pianista recuerda que el compositor estadounidense acaba de cumplir 80 años), pues lo que he querido hacer es realizar un programa con una gran diversidad de estéticas; ya que creo que enriquece mucho los programas de música contemporánea”. “No es que uno quiera hacer pedagogía-prosigue el pianista- pero es importante que haya esa muestra de variedad, ya que la música actual no tiene una sola manera de componer, pues hay una diversidad de estéticas extraordinaria, de una riqueza apasionante”.
El programa está dividido en siete partes, algo que no es casual y que tienen para el intérprete una clara razón de ser. “Un recital como éste o como el Homenaje a Montserrat Figueras (el 16 de febrero en el Palacio Conde Ansúrez de Valladolid) está dividido en fragmentos de dos piezas seguidas y en cada uno de esos bloques existe una relación, lo que me permite ir elaborando un edificio en que la música tenga un dialogo estético, que acaba formando un bloque coherente”.
La manera de realizar determinados programas de Fernández Magdaleno se basa en una serie de postulados. “Existen compositores con los que trabajo muy frecuentemente y tengo una idea de cómo es su estética, de cómo trabajan para el piano, y luego dependiendo de lo que quiera hacer pido una obra a un determinado autor”. “Por ejemplo, en el programa que haré de habaneras en la Fundación Juan March, que será el 6 de mayo, pretendo que haya obras muy contrastantes, por lo que en función del lenguaje musical que busque se lo pido a un determinado compositor, y luego, por supuesto, elijo otras composiciones que ya están escritas, que tengan relación con el tema”, subraya.
Para este intérprete que lleva más de 300 estrenos a sus espaldas, “se está viviendo un momento extraordinario para la música contemporánea española”, una afirmación que hace en función de que “existen un gran número de compositores con un nivel altísimo, de proyección internacional, y que son de generaciones diferentes”. Lo que refrenda con los nombres elegidos en Música para Carlos III: “En este concierto nos encontramos desde una obra de Pedro Aizpurua, -Clusteriana Didakus-, que es un autor nacido en 1924, hasta la obra de una compositora nacida en 1989, como es el caso de Elena Martín, por lo que hay un abanico enorme de estéticas, con varias generaciones de maestros”.
Fernández Magdaleno nombra a Cristóbal Halffter, Joan Ginjoan, Josep Soler, José Mª Sanchez-Verdú o Mauricio Sotelo, y observa que “se les puede ver programados en cualquier lugar del mundo”.
Para Diego Fernández Magdaleno el vivir inmerso en la creación actual es un privilegio. “Esto es mi vida, desde niño he tenido una pasión por lo que se hacía en el presente, pero no solo en la música, porque desde pequeño gracias al pianista Miguel Frechilla he tenido la suerte de conocer a pintores, escritores como Miguel Delibes, y ese contacto con el presente ha sido vital para mí, ya que me ha permitido poder mirar al pasado con los ojos del presente y que se enriquezcan ambas miradas mutuamente”.
Compartir