Por Aurelio M. Seco
La Fundación BBVA publicó hace ya casi un año, como parte de su programa de actividades musicales, un doble DVD dedicado a la figura y obra del compositor español Cristóbal Halffter. Se trata de un trabajo de gran interés, no tanto por la calidad de su edición como por lo que supone para la música española contemporánea. Cristóbal Halffter, Ecos y sombras, es un elegante retrato visual y sonoro del compositor, y una muestra de lo que cualquier aficionado debería encontrarse con facilidad en las grandes superficies comerciales de un país donde, incluso nuestros más destacados compositores ven publicadas e interpretadas sus obras muy de vez en cuando. Hace tres semanas me comentaba un aficionado madrileño lo imposible que le había resultado encontrar una grabación de la zarzuela Curro Vargas de Chapí. Es increíble el estado en el que todavía se encuentra nuestro principal legado musical. Sucede algo parecido con nuestra música contemporánea, que en ocasiones parece que se programa como un precio que hay que pagar con el auditorio medio vacío. Y que pase rápido el mal trago para que suene Beethoven lo antes posible.
Qué duda cabe que Cristóbal Halffter es, no ya uno de los más importantes creadores españoles de la actualidad, sino de nuestra historia. El presente trabajo consta de dos partes divididas en otros tantos DVD, que incluyen un documental de una hora de duración, en el que el compositor se convierte en total protagonista, explicando algunos de los aspectos más destacados de su vida y trayectoria profesional, y la interpretación de cuatro de sus obras, grabadas en directo en el Auditorio Nacional de Madrid bajo la dirección del propio Halffter y Carlos Kalmar. A saber: el Concierto para violonchelo y orquesta nº 2, brillantemente interpretado por Asier Polo, bajo la dirección del propio Halffter; el conocido Tiento del primer tono y batalla imperial, el Concierto para piano y orquesta y, cómo no, la obra de encargo de la ONE: De ecos y sombras, una pieza que, según Jorge Fernández Guerra, “es buena muestra de las enseñanzas de la exploración de la abstracción”. “Es la sorpresa permanente”, prosigue, “especialmente cuando la obra alcanza una densidad de acontecimientos significativa”.
La historia de esta obra es la siguiente: en el año 2009, Cristóbal Halffter es elegido como protagonista de la Carta Blanca de la Orquesta y Coro Nacionales de España, que desde 2006 ya le había pedido que escribiese una obra, la citada De ecos y sombras, partitura que da título a la presente edición discográfica, de la que el propio Fernández Guerra habla con verdadero amor en unas nutridas notas al programa que, además de estar muy bien escritas y facilitar información, contienen un material fotográfico de interés. Entre las imágenes que se facilitan, llama la atención una bonita fotografía de Cristóbal Halffter acompañado de Stravinsky y Ataúlfo Argenta, a la salida de un ensayo con la Orquesta Nacional de España.
En el extenso monólogo del segundo DVD, Halffter habla de sí mismo y de su poética artística. Componer, dice el compositor, significa “racionalizar la intuición, siendo la intuición una forma de conocimiento”. Y añade que, en la música como en la ciencia, lo sensible no basta por sí mismo, porque “se queda pobre y corto”. “Sin embargo”, prosigue, “la razón por sí misma, la pura razón, sin una fuerte carga sensible, puede convertirse en una materia peligrosa para la humanidad”.
Resulta especialmente atractivo el relato del encargo y composición de la Cantata de los Derechos Humanos (Yes, Speak Out, Yes). En enero de 1968 recibe el encargo trascendental de escribir la cantata con la que se iba a conmemorar, en diciembre de ese año, el 20 aniversario de la Declaración de Derechos Humanos. La solicitud se realiza a través de Naciones Unidas. Poco antes, Halffter había estrenado en Madrid, con la Orquesta y Coro de RTVE, una obra que lleva por título Symposium, una especie de cántico a lo que era el simposio griego. A este estreno en el Teatro Real, por cierto muy bien acogido, asiste por casualidad un americano que se siente profundamente impresionado por la obra, nada menos que el poeta Norman Corwin (a quien Halffter no conocía) quien, cuando vuelve a su país, recibe el encargo de Naciones Unidas para hacer una cantata. Corwin quiere contar con Halffter a toda costa. Después vino la carta del Secretario de las Naciones Unidas y la Cantata de los Derechos Humanos, que ya ha dejado su propio eco en la historia.
En el reportaje se presta especial atención a la obtención del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, en palabras del propio Halffter, uno de los momentos más significativos de su trayectoria. En su discurso de agradecimiento, al compositor le parece importante reflexionar sobre el uso de la tecnología: “Hay que poner la tecnología al servicio del pensamiento y de la imaginación. Pero el pensamiento por delante de la tecnología. Siempre que la mente vaya por delante de la tecnología, el ser humano triunfará”. La música, piensa, debe ponerse al servicio de unas ideas que nacen del humanismo al que pertenece nuestra civilización occidental. De esta convicción surgen obras como el Réquiem por la libertad imaginada o las Elegías a la muerte de tres poetas españoles. A lo largo de toda la grabación, Halffter deja patente su interés por nutrir a su obra de la cultura española, musical y literaria.
Casi al principio documental, el autor del Officium defunctorum expresa la que ha sido quizás su mayor preocupación como compositor: “Que el trabajo quede, que no desaparezca”. Pero ¿quién sabe acaso los ecos que dejará una vida? ¿Quién las sombras que dejará la música?
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