Massimo Spadano, concertino de la Sinfónica de Galicia, escribe un emotivo texto tras el reciente fallecimiento del violonchelista de la OSG, David Ethève.
Por Massimo Spadano
David Ethève, violonchelo solista y un emblema de la Sinfonica de Galicia se ha marchado de esta vida terrenal el pasado viernes 9 de diciembre. David fue una gran persona y artista de gran inteligencia y rara sensibilidad y, sobre todo, un amante de la música, un luchador por antonomasia que siempre defendía los valores culturales y educativos de la música. Incluso cuando estaba luchando contra esa maldita enfermedad siempre tuvo un espacio para la música. David Etheve fue miembro de la Orquesta Sinfónica de Galicia desde el principio. Su esplendor artístico y personal nunca dejó indiferente a ningún artista invitado por la orquesta en todos estos años. David nos ha enseñado el rigor y el respecto por el trabajo, pero también era un compañero cariñoso con todo el mundo, tanto con sus los colegas como con todos y cada uno de los ciudadanos de La Coruña que lo admiraban. Ahora extrañaremos su música y su sonoras risas. La Orquesta Sinfónica de Galicia ha perdido una columna fundamental y un amigo. Descansa león; siempre estarás en un lugar privilegiado de nuestros corazones.
La historia de David nos recuerda algo importante; que sea un tiempo infinito o un solo momento, la diferencia en el vivir la hace la intensidad. Y David, con su música, ha vivido tanto y tan profundamente hasta llegar representar en este momento para cada uno de nosotros, no sólo un recuerdo sino una referencia viva que nos acompañará siempre
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