Concluye la temporada de la Orquesta y Coro Nacionales de España [OCNE] con «Un réquiem alemán» de Brahms bajo la dirección de David Afkham
Un Réquiem humano
Por Raúl Chamorro Mena
Madrid, 2-VII-2022, Auditorio Nacional. Ciclo Orquesta y coro Nacionales de España. Ein deutsches Requiem-Un réquiem alemán- (Johannes Brahms). Katharina Konradi, soprano. Peter Mattei, barítono. Coro Nacional de España –Director: Miguel Ángel García Cañamero-. Orquesta Nacional de España. Director: David Afkham.
La Orquesta y Coro Nacionales de España ponían fin a su temporada 2021-2022 con una obra tan fascinante como el Réquiem alemán de Brahms. La composición prescinde del texto latino católico tradicional, se aleja del sentido litúrgico de misa de difuntos y se sitúa entre la cantata y el oratorio dedicado a los vivos. Brahms, impactado por el internamiento y posterior fallecimiento de su amigo y mentor Robert Schumann y, sobre todo, por la desaparición de su madre Christine, usa el texto alemán de la biblia luterana para concebir una obra grandiosa y profundamente humana, una de las grandes creaciones sinfónico-corales de la historia de la música. La esperanza, el consuelo y la compasión se imponen sobre el concepto de juicio final y la ira del Dios castigador de la tradición católica. Un «Réquiem humano» en palabras del propio autor.
La dirección de David Afkham al frente de una orquesta nacional al magnífico nivel que nos tiene acostumbrados actualmente, garantizó una interpretación solvente, bien organizada, de sonido compacto, aunque se echaron de menos una mayor articulación, sentido del contrate y detalles, especialmente en los primeros movimientos, un tanto planos y con aroma superficial. El movimiento V «Ihr habt nun Traurigkeit-Ahora estáis tristes», añadido posteriormente a la publicación de la obra y que contiene la sublime intervención de la soprano, que incluye la emotiva frase «Yo os consolaré como una madre consuela a su hijo», fue expuesto con sensibilidad y delicadeza por batuta y solista, pero faltó vuelo y trascendencia. La soprano Katharina Konradi, en avanzado estado de gestación, mostró una voz correctamente emitida, que corrió bien por la sala, aunque con un timbre más bien impersonal. Su canto fue pulcro e irreprochablemente musical, pero sin variadad dinámica, ni especial fantasía en el fraseo.
El mejor momento de la interpretación de Afkham se produjo en el sexto movimiento, que subraya lo pasajero de la vida terrena y la gloria del más allá, a lo que contribuyó la intención en fraseo y acentos de Peter Mattei, magnífico protagonista en el reciente Wozzeck del Palau de les Arts de Valencia. El barítono sueco, netamente lírico, de timbre grato y buena línea canora - un punto hueco de emisión, eso sí- intervino en el tercer movimiento y en el citado sexto, en el que dio paso al enérgico pulso de la batuta en la gran fuga final, que se sumó a un coro con gran poderío sonoro. Bien contrastado resultó el séptimo y último capítulo «Bienaventurados los difuntos» en el que regresó la serenidad, el sosiego y el mensaje de esperanza.
El coro, fundamental en esta composición, acreditó más potencia y vigor sonoro, que ductilidad y sentido del detalle, sin poder librarse, especialmente la sección femenina, de pasajes un tanto desabridos en la zona alta. De todos modos, fue muy ovacionado, al igual que toda la interpretación recibida con considerable entusiasmo por el público.
Foto: OCNE
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