Por Juan Carlos Galtier | @jcgaltier
Zaragoza. 12-II-2017. Sala Mozart del Auditorio. XXXVII Ciclo de Introducción a la música. Orquesta de Cadaqués. Daniel Hope, violín. Jaime Martín, director. Obras de Sor, Bruch y Beethoven.
La Orquesta de Cadaqués sigue siendo una de las formaciones orquestales mas solventes de España, un auténtico dream team que permite que se junten algunos de los mejores músicos españoles de distintas generaciones a disfrutar de hacer música juntos con el entusiasmo del primer día pero con la solvencia que dan los años de trabajo conjunto y en este concierto volvieron a demostrar su nivel con un programa más que atractivo.
Los de Cadaqués siempre han reivindicado la música de Fernando Sor (desde su grabación con Neville Marriner) y aquí lo volvieron a hacer con dos oberturas breves que mostraron la frescura y eficiencia de la música del catalán; las versiones de Cadaqués y Jaime Martín dotaron a estas piezas de una gran vitalidad que las hace aun más interesantes. La obertura de Il Telemaco es una obertura sinfónica al uso a finales del XVIII y funciona a las mil maravillas. Menos tocada aun, la obertura de la cantata a la Duquesa de Albufera, nos recuerda a Haydn con un cierto aire marcial.
La primera parte se completaba con el famoso Concierto para violín nº 1 de Bruch que escuchamos en una versión de lujo. Daniel Hope se reivindicó como uno de los grandes violinistas a nivel mundial y ratificó su talla con una perfecta combinación entre el fuego romántico que viene de la partitura y una limpieza y elegancia extrema que puso su mano de intérprete. Jaime Martín mimó al máximo al solista, buscó en todo momento seguirle en su elegante fraseo y el resultado final fue la emoción de escuchar una versión absolutamente redonda. Hope dio como bis una obra de Ravi Shankar demostrando que se puede tocar repertorios diferentes sin aspavientos innecesarios y con la limpieza y la técnica de un gran violinista clásico.
Y en la segunda parte disfrutamos de una versión mas que acertada de la Séptima sinfonía de Beethoven que supo mantener en todo momento la tensión necesaria en una obra cumbre del genio de Bonn como es esta sinfonía. Para enfrentarse a esta partitura con una plantilla pequeña. como esta vez lo hicieron, es necesario tener a los mejores y cada uno de los miembros de la orquesta de Cadaqués dio la talla al 100%. Las maderas fueron un auténtico lujo y estuvieron precisas y cálidas y las trompas las dieron todas en una partitura especialmente expuesta para este instrumento; por su parte la cuerda no fue a la zaga con momentos maravillosos como los pianísimos al inicio del allegretto. Jaime Martín cada vez está mejor en el podio y con Cadaqués está en medio adecuado para hacer lo que hizo: firmar una gran versión de la séptima. Un delicado Vals triste de Sibelius cerró una matinée de lujo, por cierto, con precios a partir de 6€ ¿Alguien da mas por menos?.
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