El fantástico quinteto de flautas de pico holandés nos presenta este recorrido por quinientos años de música en un exquisito homenaje al a veces olvidado instrumento.
Por Mario Guada
Taracea. Música de Antonio de Cabezón, Hermann Robert Frenzel, Max Reger, Johann Sebastian Bach, Frans Geysen, Jacob Handl, Thomas Tallis, Giovanni Coprario, Christopher Tye, Robert Johnson, Fulvio Caldini, Joseph Bodin de Boismortier, Anthony Holborne, Aspasia Nasopoulou, Tomás Luis de Victoria y Josquin des Prez. Seldom Sene [Recorder Quintet]. Brilliant Classics, 1 CD [94871], 2014. T.T.: 77:29.
Taracea. Este es el curioso nombre que presenta este registro discográfico, en clara alusión a la técnica artística que consiste en realizar un revestimiento por medio de piezas de diversos materiales que se encajan en un soporte para realizar un diseño, y que se aplica aquí al mundo sonoro, escogiendo aquellas piezas que mejor pueden adaptarse para crear ese producto artístico nuevo, que es en este caso el presente disco compacto.
De este modo, se presentan aquí piezas de nada menos que 16 compositores distintos, representantes de períodos y escuelas compositivas realmente alejados, tanto en el tiempo como en su concepto, lo que hace de este disco todo un ejercicio de asimilación estilística muy complejo. Estructurado en torno a dos grandes períodos, las cinco instrumentistas presentan un instrumentario riquísimo, y es que en pocas ocasiones uno puede escuchar un disco en el que la variedad del orgánico utilizado sea tal. ¡Se utilizan nada menos que 47 flautas de pico distintas! Así, pasarán por nuestros oídos instrumentos construidos en la actualidad, algunos de ellos absolutamente contemporáneos, mientras que otros son copias fidedignas de instrumentos históricos, como flautas de pico barrocas basados en modelos de Jacob Denner o Peter Bressan, así como renacentistas, basados especialmente en los construidos por los Bassano. De este modo, la adaptación a la sonoridad de cada pieza es casi total, pudiendo elegir juegos de flautas renacentistas, modelos barrocos o contemporáneos para interpretar con ellos cada una de las piezas de los distintos períodos aquí presentes.
La música renacentista y la creación del siglo XX. Esos son los dos grandes períodos por los que se transita. Así, acuden a nosotros algunos de los autores más interesantes del XVI, como Antonio de Cabezón [c. 1510-1566], Jacob Handl [1550-1591], Thomas Tallis [c. 1505-1585], Christopher Tye [c. 1505-1573], Robert Johnson [c. 1500-c. 1560], Anthony Holborne [c. 1545-1602], Tomás Luis de Victoria [1548-1611] o Josquin des Prez [c. 1450/55-1521], que aparecen representados a través de arreglos de algunas de sus piezas para voces u otros instrumentos. Como se señala en las interesantes notas críticas –llevadas a cabo por María Martínez Ayerza–, la doble vía para adaptar las piezas es la habitual en el Renacimiento: ora tomando de manera literal la escritura vocal para los diversos instrumentos del consort de flautas, ora considerando la pieza original como un guion a seguir pero al que se le pueden añadir ornamentos y otros recursos para conseguir una escritura idiomática cercana a la de la flauta de pico. Lo mismo sucede con las piezas de autores posteriores, como Johann Sebastian Bach [1685-1750], del que se interpretan excelsos arreglos del tercer movimiento de su sexto «brandemburgués» BWV 1051 o de su Fantasia BWV 904 y su Fuga BWV 546; o de Joseph Bodin de Boismortier [1689-1755], de quien si se interpreta su concierto Op. 15, n.º 2, compuesto específicamente para esta formación, extraída de sus VI Concertos pour 5 flûtes traversières ou autres instruments, sans basse, de 1727.
Para el siglo XX se escogen piezas que o bien han sido compuestas ex profeso para este ensemble –como Lelia doura, de Aspasia Nasopoulou [1972]– o para conjunto de flautas de pico –Frans Geysen [1936] y su Omtrent A-B-C, que pasa por ser una de las primeras piezas contemporáneas compuestas para quinteto de flautas de pico–, o bien se han adaptado para esta formación: los dos arreglos sobre el coral Auf tiefer Not schrei’ ich zu Dir, de Hermann Robert Franzel [1850-1958] y Max Reger [1873-1916], y Die Sonne, primero de los Due corali Op. 79c de Fulvio Caldini [1959]. En cualquier de los casos, la adaptación es absolutamente ejemplar.
Fundado en Amsterdam en 2009 –donde existe una fantástica tradición en este tipo de conjuntos, destacando el ya legendario Amsterdam Loeki Stardust Quartet– y compuesto por cinco instrumentistas provenientes de Alemania, Holanda, Inglaterra y España, todas ellas formadas en el Conservatorium van Amsterdam, Seldom Sene –que toman el nombre de una pieza compuesta por Christopher Tye– ha irrumpido en el mundo de la música histórica con un vigor digno de alabar. Triunfadoras en varios de los concursos más importantes en el ámbito de la interpretación histórica, podemos destacar el reciente éxito obtenido en el International Van Wassenaer Early Music Competition que se celebra dentro del grandioso Utrecht Early Music Festival, donde se alzaron con el primer premio, además del premio del público y el de la prensa. En este registro nos dan buena cuenta del porqué de tanto éxito. La calidad interpretativa es máxima. Es realmente complejo conseguir que música no escrita para una formación como esta –salvo las excepciones ya mencionadas– resuene con esa sonoridad tan exquisita y resulte, por lo demás, tan verosímil. Además, el resultado auditivo es de una corporeidad fascinante. La inteligibilidad de las líneas polifónicas es fabulosa. Sus instrumentos casi parecen cantar. Especialmente brillantes nos parecen en el Renacimiento inglés –¡qué buenos sus Tallis, Tye, Johnson y Holborne!–, pero se muestran también muy sólidas y especialmente cercanas al lenguaje contemporáneo, donde su elegancia y solvencia técnica nos deja momentos por un lado virtuosísticos [Geysen y Nasopoulou] y por otro casi etéreos [Caldini y Reger].
Brilliant Classics lo vuelve a hacer. Y es que una vez más demuestra un gran olfato para lanzar primeros registros de artistas jóvenes con un talento descomunal. No se pierdan por nada este disco, porque es posible que, especialmente para aquellos que no hayan escuchado antes un consort de flautas, el impacto sea tremendamente revelador. El trabajo llevado aquí por Stephanie Brandt, Ruth Dyson, Eva Gemeinhardt, Hester Groenleer y María Martínez Ayerza les dejará con una sensación de haber escuchado algo muy especial. Y así es.
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