El contrabajista Avishai Cohen une fuerzas con el pianista Makoto Ozone en el penúltimo concierto del ciclo que el Centro Nacional de Difusión Musical dedica al jazz
De nuevo, Avishai Cohen
Por Juan Carlos Justiniano
Madrid, 28-IV-24, Auditorio Nacional de Música. Jazz en el Auditorio. Centro Nacional de Difusión Musical. The Amity Duet. Avishai Cohen & Makoto Ozone Duet: Avishai Cohen [contrabajo] y Makoto Ozone [piano].
Avishai Cohen es un habitual del ciclo Jazz en el Auditorio. Hace unos meses visitó la capital con su último trío. Y ayer, en un concierto que debió haberse celebrado en febrero pero que fue aplazado a este domingo, volvió en forma de dúo. Y lo hizo compartiendo escenario con Makoto Ozone, un pianista japonés para muchos de nosotros desconocido pero más que solvente y experimentado.
En sintonía con el eclecticismo por el que es reconocido mundialmente el contrabajista, Cohen y su compañero presentaron un variado programa que incluyó algún standard, versiones de Chick Corea —mentor del músico israelí—, y un par de composiciones propias —es el caso de «Remembering», del álbum de Cohen At Home (Razdaz Records, 2005)—. En estos últimos temas quedó patente la inclinación de ambos músicos por la fusión y por refundir el idioma jazzístico desde dentro (recurriendo a la música académica o culta) y desde fuera (incrustando ya sea en la forma blues o en complejos compases toques mediterráneos que viajan de Cádiz a Beirut).
Cohen y Ozone salieron bien airosos del experimento. Sin embargo, cuando más brilló el dúo fue cuando hicieron jazz. En ese terreno Avishai Cohen es un contrabajista imbatible, de los más punteros de la escena con ese walking poderoso a la vez que imaginativo y grácil. Esa es la versión que más nos gusta del contrabajista, la que nos retrotrae a las aventuras de Cohen junto a Chick Corea y Jeff Ballard en el The Chick Corea New Trio, un conjunto que a principios de los 2000 firmó discos tan maravillosos como Past, Present & Futures (Stretch Records, 2001).
Y así, la interpretación de «On Green Dolphin Street» (Bronislau Kaper) que abrió el concierto fue sin duda uno de los momentos más destacados de la visita del dúo a Madrid. Extraordinarias fueron también las relecturas de temas de Corea como «Matrix», composición perteneciente a Now He Sings, Now He Sobs (Solid State Records, 1968), uno de los primeros trabajos discográficos de Chick Corea junto a Miroslav Vitouš y Roy Haynes. Un trío legendario para una de las grabaciones más sobresalientes de la historia del jazz.
A pesar de lo conciso de la actuación del dúo —que no llegó a la hora y media de rigor—, el de ayer fue un grandísimo concierto. Contribuyó a esto un sonido impecable resultado tanto de una amplificación impecable como de la inteligente estrategia de Ozone como acompañante: sin apenas pedal y siempre contenido para no opacar la proyección inevitablemente frágil del contrabajo. En este contexto brilló el sonido virtuoso del contrabajo, quizá un tanto plano, pero que en el caso de Avishai Cohen obedece a una cuestión de estilo. A una elección estética y a un determinado ajuste del instrumento que, a cambio de perder calidez (ma non troppo), permite volar por el mástil entendiéndose todo. (Habría que apuntar que la condición de estrella de la música que caracteriza a Cohen le concede poder girar con su propio instrumento y su equipo).
Para finalizar, Cohen no dejó pasar la oportunidad de interpretar «Alfonsina y el mar», canción que, como él mismo reconoció, suele utilizar para congraciarse con el público hispano. Para despedirse de la capital, a solo, cantando y únicamente acompañado de su contrabajo, el músico israelí interpretó el clásico inmortalizado por Mercedes Sosa en homenaje a Alfonsina Storni.
Fotografías: Elvira Megías/CNDM.
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