Por Giuliana Dal Piaz
Toronto, 2-11-2016, Trinity-St.Paul's Centre. Let Us All Sing - concierto con músicas de George Frideric Händel, Agostino Steffani, Jean-Baptiste Lully, Jean-Philippe Rameau, Jan Dismas Zelenka. Solistas invitados: Sherazade Panthaki, soprano. Philippe Gagné, tenor. Jonathan Woody (bajo-barítono). Coro de Cámara y Orquesta de la Tafelmusik Baroque Orchestra. Dirección musical: Ivar Taurins.
Let Us All Sing, el título del concierto, es en realidad el primer verso en inglés de la cantata francesa "Chantons tous, en ce jour,/La gloire d'Amour", con el cual empieza la Chaconne de Jean-Baptiste Lully en la ópera Amadis (1684). De hecho esta pieza es la más importante, por duración y complejidad, del concierto que LA Orquesta y Coro de la Tafelmusik Baroque Orchestra acaban de presentar en Toronto. Ivars Taurins es el fundador y director del Coro de Cámara de la Tafelmusik (22 cantantes) que cumple trenta y cinco años de actividad.
No es la primera vez que veo a Taurins actuar no sólo en calidad de director del Coro (rol en el cual es famoso y solicitado en todo Canadá) sino también como director de orquesta: lo encontré ahora mucho más eficaz, tanto por la habilidad de comunicación con los instrumentistas como por un mayor control sobre la fuerza y la pasión con la que transmite emociones y matices de la partitura (Taurins dirige con todo el cuerpo, lo cual puede distraer bastante la atención).
El programa del concierto incluyó el Laudate pueri de George Friderick Händel (c.1706), una selección del largo Stabat Mater de Agostino Steffani (1724), la Chaconne de Lully, In convertendo Dominus de Jean Philippe Rameau (1751) y el Gloria desde la Missa Dei Filii de Jan Dismas Zelenka (1740-41). Como cantantes solistas estaban invitados la extraordinaria soprano Sherezade Panthaki, cuya voz suave y luminosa pareció ascender sin esfuerzo alguno por la Iglesia de Trinity-St.Paul's; el tenor Philippe Gagné, de tono ligero y expresivo; y el bajo-barítono Jonathan Woody (de hecho más barítono que bajo), un intérprete definido "carismático y lleno de fuego" y "que vale la pena no perder de vista", según han expresado algunos críticos de Estados Unidos (Washington Post y New York Times). Lo único que me pareció negativo fue la pronunciación del latín muy alterada por el inglés, lo cual resulta molesto cuando se escuchan piezas barrocas.
En el ámbito del Coro Tafelmusik, tuvieron un papel solista la soprano Michelle DeBoer (su voz es límpida y fuerte pero se vuelve por momentos metálica en las notas más altas), los contra-tenores Richard Whitall y Simon Honeyman, el tenor Cory Knight y el bajo Joel Allison, todos muy prometedores.
Me pareció muy interesante la presentación de compositores no demasiado famosos: Agostino Steffani, el compositor/diplomático/cura (pero, en primer término, hombre de iglesia) especialmente amado por la gran soprano Cecilia Bártoli, quizás poco conocido también porque muchas partituras suyas llegaron incompletas o se publicaron bajo falso nombre; sus dúos son hermosos y su música vocal influyó, sin embargo, en varios autores barrocos, entre ellos al mismo Bach.
O Jean-Philippe Rameau, gran teórico de la música en clave matemático-científica, protagonista de una encendida polémica con los enciclopedistas, en especial con Jean-Jacques Rousseau. En lo que a Zelenka se refiere, en la temporada pasada, Tafelmusik le dedicó un hermoso concierto, en comparación y contraposición con la música de Bach, y este Gloria desde la Missa Dei Filii confirma totalmente el caracter innovador que ya me había llamado la atención en sus obras, ricas en contrapuntos complejos y de exuberante virtuosismo. La constante investigación y la búsqueda de autores, novedosos en cuanto poco conocidos por el gran público pero de extraordinario nivel musical, representa el aspecto más interesante y fascinante en la actividad de la Tafelmusik Baroque Orchestra.
Foto: Sian Richards
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