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Crítica: 'La marchenera' de Moreno Torroba en el Teatro Campoamor de Oviedo

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Autor: Nuria Blanco Álvarez
3 de junio de 2016

CARLOS ÁLVAREZ BRILLA EN "LA MARCHENERA"

  Por Nuria Blanco Álvarez
Oviedo. Teatro Campoamor. 30/V/16. “La marchenera” Zarzuela en tres actos con libreto de Ricardo González del Toro y Fernando Luque y música de Federico Moreno Torroba. Dirección musical: Miguel Ángel Gómez Martínez. Dirección de escena y Dramaturgia: Javier de Dios. Oviedo Filarmonía. Coro Capilla Polifónica. Reparto: Carlos Álvarez, Sergio Escobar, Susana Cordón, Rocío Ignacio, Hevila Cardeña, Lorenzo Moncloa, Francisco Sánchez, Gabriel Blanco, Fernando Sansegundo, David Dávila y Sara Salado.

   Continúa el Festival de Teatro Lírico Español en el Teatro Campoamor de Oviedo con La marchenera, una zarzuela grande de Moreno Torroba apenas representada desde su estreno en 1928 y que llega a los escenarios asturianos en una versión “semiescenificada” según las notas al programa. Realmente usar este calificativo resulta un tanto exagerado puesto que lo que realmente vimos fue una versión de concierto –sin decorados ni vestuario y el coro inmóvil en una grada- a la que se añadió la presencia de dos actores -ellos sí iban algo caracterizados y hacían uso de unos pocos elementos de atrezzo-, pero que en realidad eran personajes inventados por el director de escena, Juan de Dios, quien también escribió todo el texto que éstos decían y que no era otro que un resumen un tanto libre de la historia que se iba cantando y no contando, puesto que se eliminaron absolutamente todas las partes habladas de la zarzuela. Precisamente este aspecto es el que concede al género su esencia puesto que, por definición, es lírico-teatral y esto le hace único en su especie. Se nos privó en esta ocasión de ver la obra en su totalidad, aunque es cierto que la parte musical estaba intacta, con los 16 números originales de la misma.

   Justo lo contrario ocurrió en el mes de abril en el mismo escenario con El terrible Pérez de Tomás López Torregrosa y Joaquín Valverde Sanjuán, que de 6 números musicales originales pasaron a ser nada menos que 17 en la representación. Eso sí fue un despropósito, mezclando sin orden ni concierto números de diferentes zarzuelas para engrandecer una poco afortunada obra recuperada del patrimonio musical español que se representaba con decorados y vestuario al uso. Y hace un mes, se recuperó también otra obra, esta sí de una importancia musical evidente, la ópera Elena e Malvina de Carnicer, gracias a la edición crítica de dos grandes expertos, Mª Encina Cortizo y Ramón Sobrino, que de nuevo tuvimos que oír en versión concierto y sin los recitativos. ¿Para cuándo las entidades pertinentes respetarán y dignificarán nuestro patrimonio musical? Sin remiendos ni medias tintas ¿cuándo podremos ver en escena y de forma íntegra las maravillosas obras de nuestro arte lírico? No es de recibo que no exista una edición de orquesta –ya ni hablamos de una edición crítica- de la partitura de La marchenera y que el director, Miguel Ángel Gómez Martínez, tuviese que dirigir con la reducción para voz y piano. Por muchas tablas que el maestro tenga en este sentido resultan evidentes las consecuencias negativas que de ello se derivan. La Oviedo Filarmonía solventó con profesionalidad un complicado compromiso.

   La opción que se estimó para La marchenera no dejó de ser confusa y poco esclarecedora, y aunque los actores Fernando Sansegundo y David Ávila ejecutaron notablemente sus respectivos papeles, uno como Blas -quizás un guiño al compositor de tonadillas Blas de Laserna-, y el otro como Serafín -el nombre de uno de los hermanos Álvarez Quintero que tantos libretos dieron a nuestro teatro- no se consiguió la clarificación deseada, menos aún cuando iban cambiando, parece ser que a propósito, los nombres de algunos personajes, Manuel por Miguel y Celia por Paloma, por lo que realmente no era nada fácil seguir la historia. Aunque para ser sinceros, el texto original no era mucho más fácil de seguir. Y es que esta obra de juventud de Moreno Torroba, a pesar de tener momentos bonitos, adolece de ser muy tradicional en su planteamiento musical. 

   Sin duda, el protagonista de la velada fue Carlos Álvarez, en el papel de Conde de Hinojares, con su cálida voz en plena forma y llena de energía, ofreció momentos espléndidos en sus pocas apariciones como en la romanza “Caballero veinticuatro” y el dúo “Alza esa frente, Paloma” donde brilló como nos tiene acostumbrados. Esta zarzuela es una obra coral en la que participan nada menos que 25 voces, puesto que muchos miembros del coro, en este caso la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, tienen su propio momento como solista, unos con más acierto que otros. El coro tiene un gran protagonismo en el primer y segundo acto, sin intervenir en absoluto en el tercero.

   Sergio Escobar también destacó en el papel del galán Don Félix, una bonita voz que debería matizar en los finales de frase para que resultaran más refinados. Sin duda posee un instrumento muy interesante que debería encauzar más en la vía interpretativa que en la constante demostración de sus cualidades canoras.

   Susana Cordón fue una marchenera correcta y lo mismo podríamos decir de Rocío Ignacio como Valentina, de quien esperábamos más. Lorenzo Moncloa destacó por su estupenda dicción como Don Miguel y la pareja cómica, Hevila Cardeña y Gabriel Blanco, así como Francisco Sánchez como Cárdenas, resolvieron su parte de manera convincente.

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