Por Raúl Chamorro Mena
Madrid, 17-VI-2016, Auditorio Nacional de Música. Temporada de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE). Ein Deutsches Requiem (Johannes Brahms). Mathias Goerne (Barítono), Dorothea Röchsmann (soprano). Coro Nacional de España. Director: Miguel Angel Gómez Cañamero. Orquesta Nacional de España. Director: David Afkham.
El Requiem alemán de Brahms no es una obra litúrgica, además de estar en el ánimo del compositor alejarse de la estructura y contenido habitual de una misa de difuntos católica, renunciando expresamente al texto latino y adoptando el alemán de la Biblia luterana. A lo que no rehusa el autor, desde luego, es a la trascendencia, pero no la busca en el aspecto religioso o sacro, sino, especialmente, en la propia música, en su carga humanística y vaya que lo consiguió con una obra sublime y monumental.
En esta ocasión -fin de temporada de la OCNE-, no logró David Afkham, exponer toda esa grandeza, recogimiento y fuerza espiritual de la obra con una interpretación bien organizada, pero un tanto superficial y salvo puntuales momentos, fundamentalmente anodina e insustancial. Bueno el sonido obtenido de la Orquesta Nacional, pero más denso, vigoroso y grueso, que refinado, transparente y detallista. Igualmente el coro, que comenzó muy bien en “Selig sin die da Leid tragen” con un estupendo ataque en pianísimo, exhibió un sonido más poderoso y enérgico, que flexible y delicado, además de escucharse algunas asperezas en la franja aguda. En apenas algún momento de la parte VI y sobretodo, la VII, sí apareció esa tensión, esa profundidad espiritual, pero en general, la composición se situó muy por encima de Afkham, que rebosante de juventud, y con la debida progresión que cabe esperar de ese indudable talento que atesora, tiempo tendrá con los años de traducir esa hondura y grandeza que la obra contiene.
En cuanto a los solistas vocales, Dorothea Röschmann en su única y sublime intervención “Ihr habt nun Trurigkeit” (Parte V) lució su impecable musicalidad y grato timbre, de apreciable pureza, pero sus limitaciones técnicas se notaron en unos sonidos por encima del pasaje ora abiertos, ora apretados, además de no lograr ni un filado de factura.
Matthias Goerne goza de un buen número de seguidores, indudablemente, pero el que suscribe no se encuentra entre ellos. Siempre me ha parecido un cantante de medios vocales paupérrimos en cuanto a timbre, brillo, volumen y proyección que ha desarrollado una carrera fundamentalmente liederística, jaleado por falsos pensadores, a base de imitar a Dietrich Fischer-Dieskau. Actualmente, lo que pudo escucharse es una emisión cada vez más engolada, una voz alicorta, de timbre mate y pobretón, sin armónicos, incapaz de ofrecer un sonido con mordiente. El fraseo, asimismo, resultó amaneradísimo, acompañado por unos extraños gestos que rozaron lo histriónico y que se antojan fuera de lugar en una obra como ésta. Por si fuera poco, a estas alturas, el barítono alemán se “suelta” y se siente capaz de afrontar nada menos que el Wotan de “Die Walküre”, después de haber cantado el de “Das Rheingold”. Todo ello, al igual que su interpretación en este Requiem alemán, sólo apto para sus fans más acérrimos.
Corresponde celebrar el cuarto lanzamiento discográfico del sello Orquesta y Coro Nacionales de España que constituye un paso importante en la senda de consolidación del mismo con especial atención a los compositores, músicos e intérpretes españoles. El registro está dedicado a uno de nuestros músicos más queridos, Joaquín Rodrigo, y tres obras suyas, fundamentales para el repertorio de guitarra clásica: El emblemático Concierto de Aranjuez, la Fantasía para un gentilhombre y el Concierto para una fiesta. El solista Pablo Sainz Villegas y la batuta de Juanjo Mena garantizan la calidad y factura de la edición.
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