Crítica: Gatti dirige 'Pelléas et Mélisande' en Florencia

UN PELLÉAS ALLA ITALIANA

Por Alejandro Martínez

Florencia. 23/06/2015. Maggio Musicale Fiorentino. Debussy: Pelléas et Mélisande. Paolo Fanale (Pelléas), Monica Baceilli (Mélisande), Roberto Frontali (Golaud), Sonia Ganassi (Geneviève), Roberto Scandiuzzi (Arkel). Dirección musical: Daniele Gatti. Dirección de escena: Daniele Abbado.

   Pelléas et Mélisande estaba ausente en Florencia desde que el fallecido Giuseppe Sinopoli la dirigiese en 1999. En esta ocasión el Maggio Musicale se afanaba por recuperar el título con una nueva producción y un equipo de artistas íntegramente italiano. En el foso Daniele Gatti, en plena madurez, desarrolló un verdadero capolavoro aproximando la obra más a sus fuentes que a sus vecindades contemporáneas. Es el suyo pues un Pelléas donde la sombra del wagnerianismo respira de tanto en tanto, lo mismo que la herencia del romanticismo más acabado de la ópera francesa, con Massenet como su principal epígono. Nos encontramos así un fraseo amplio, unas dinámicas intensas y un sentido de la teatralidad verdaderamente consumado, con momentos de singular inspiración y tensión, como toda la escena entre Golaud e Yniold. La respuesta de la orquesta titular del teatro tuvo poco que envidiar a lo que ofrecen hoy las principales orquestas del ámbito alemán, con un color atinadísimo para esta música premonitoria e inquietante.

   Aunque es uno de sus mejores trabajos, muy por encima de su Don Carlo o su Nabucco, la puesta en escena de Daniele Abbado rezuma un sospechoso recuerdo al trabajo de Pierre Audi con este mismo título. Descartando de entrada cualquier posibilidad de plagio como tal, sólo cabe pensar en una involuntaria inspiración, por parte de un regista ciertamente conservador que sin embargo de tanto en tanto busca exponerse como un director capaz de estar en la vanguardia. Sin embargo, a veces es mejor conformarse con lo visto en el teatro y no leer lo que escriben algunos directores de escena en los programas de mano, porque revela su total errancia, su despiste generalizado con la obra que se traen entre manos, camuflada bajo palabrería tan vana como grandilocuente. Sirva una cita, sin más apostillas por nuestra parte, para constatar nuestro estupor al respecto: “Pelléas et Mélisande quiere hablar de la indescifrabilidad del destino humano. Es una obra abierta. Una ópera misteriosa y poética. Una ópera de densa elocuencia y persuasión, inmersa en el silencio”. Abbado busca moverse a medio camino entre el realismo y el simbolismo con poca fortuna, en una propuesta hueca aunque funcional que confía todo a la estética de una escenografía que el regista seguramente considera ocurrente.

   Del reparto íntegramente itliano nos gustaría destacar la grata sorpresa que supuso el Golaud de Roberto Frontali, con el color vocal exacto que requiere la parte y con un oficio en el decir que nos sorprendió en todo momento, ya que Frontali no atraviesa precisamente los mejores años de su trayectoria, ya un tanto periclitada. Su intensidad dramática en escena y su domino de la particular escritura vocal de Debussy fueron sin duda el punto cumbre del extenso reparto. El joven Paolo Fanale se hacía cargo del rol titular, lo cierto es que sin pena ni gloria, con una acentuación liviana y con un margen amplio de mejora en su trabajo con la lengua francesa. Junto a él, la soprano Monica Bacelli quedó algo corta como Mélisande, con un timbre demasiado claro y con un instrumento algo corto en los extremos. Cumplidora Sonia Ganassi en la breve parte de Genviève, que no le supuso mayor difcultad. En la parte de Arkel el veterano Roberto Scandiuzzi no está ya para muchos trotes, con un instrumento verdaderamente ajado y tembloroso, de emisión esforzada y con límites por doquier.