Lejos de toda indiferencia
Berlín, Staatsoper, 9/10/13. Alban Berg:
Wozzeck.
Berlín es una ciudad muy ligada al
Wozzeck de Berg. De hecho, esta ópera se estrenó en la Staatsoper berlinesa allá por 1925, bajo la batuta de
Erich Kleiber. El ahora director titular de ese mismo teatro,
Daniel Baremboim, promovió hace un par de años la puesta en escena de una nueva producción de este título, con la firma de
Andrea Breth, sustituyendo a la anterior de
Patrice Chéreau.
No conocemos ninguna propuesta escénica para
Wozzeck que se acerque siquiera a la impresionante propuesta de
Andreas Kriegenburg para la Staatsoper de Múnich. El trabajo de Breth para Berlin se queda corto por su falta de ambición, por su convencionalismo y, en suma, por su tono previsible. Es un trabajo visualmente atractivo, que acierta al plantear un lenguaje y ritmos cinematográficos, pero lo cierto es que no levanta el vuelo conforme la función avanza. El resultado es un espectáculo de gran austeridad, siempre afanado además en subrayar el oscuro universo de miseria de los protagonistas del libreto, pero con un impacto desigual y un tanto frustrado.
Roman Trekel es un cantante habitual en Berlín. De hecho formó parte en su día del ensemble fijo de la Staatsoper. No nos pareció desde luego un gran Wozzeck, ni por dotes actorales ni por medios vocales. La emisión es leñosa, a menudo apurada, más bien muscular... Nada dúctil, pues, a la hora de desgranar la paleta de emociones que se dan cita en el fascinante rol de Wozzeck. Su retrato psicológico es de una intensidad demasiado básica, siempre ayuna en contrastes.