La Traviata (Giuseppe Verdi), Valencia, Palau de Les Arts, 10-11-2013. Sonya Yoncheva (Violetta Válery), Ivan Magrì (Alfredo Germont), Simone Piazzola (Giorgio Germont), Cristina Alunno (Annina), Maria Josenkova (Flora Bervoix), Luigi Roni (Dottore Grenvil). Dirección musical: Zubin Mehta. Dirección de escena: Willy Decker. Reposición a cargo de Meisje Barbara Hummel.
El papel de Violetta Valéry de la inmortal Traviata verdiana ha ejercido un irresistible hechizo a las sopranos de las más diversa condición y vocalidad. Una atracción la mayoría de las veces superior al respeto o incluso prevención, que debería también infundir por las tremendas exigencias vocales y dramáticas que requiere el mismo. Después de la cancelación de las funciones del mes de Octubre, llegaba por fin a Valencia la soprano Sonya Yoncheva, una de esas "estrellas" que irrumpen de la noche y día en la lírica actual. La cantante búlgara cuenta con una voz potente, timbrada y caudalosa, de centro redondo y una buena cantidad de decibelios, que no ocultan un timbre más bien ingrato, con una típica guturalidad eslava y carente de morbidez, de elasticidad. La cantante brusca y poco delicada, sufrió en el primer acto, pesante en la agilidad y con un agudo extremo en el que la voz no gira convenientemente al resonador superior, perdiendo timbre, colocación y sobre todo squillo. No se encaramó al sobreagudo optativo del final del "sempre libera", despúes de un trivialísimo "Ah forse lui". Su desempeño mejoró algo en los actos segundo y tercero, pero si bien pudo lucir la carnosidad de su centro y amplitud de la cavata en momentos como "Dite alla giovine", el fraseo falto de clase y variedad no dió para más y su clara insuficiencia técnica no le permite emitir un filado en condiciones o regular convenientemente el sonido. Además, en el aspecto interpretativo la soprano optó por la fácil exageración de filiación veristoide (ese grito desgarrado "Alfredo!" en el reencuentro del acto tercero destiló verdadero mal gusto) incompatible con la nobleza verdiana.
Tristemente, una vez más, tiene uno la sensación de estar ante otro caso típico de cantante actual, empujada prematuramente al estrellato, con una calidades vocales de partida, buena figura en escena, pero grandes carencias técnicas, falta de preparación y bagaje, que se ponen especialmente de relieve ante un papel tan complicado y legendario como Violetta.
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