17 / 03 / 2014
PROKOFIEV
Sinfonía nº 4 (Tomas I y II)
17 / 03 / 2014
PROKOFIEV
Sinfonía nº 4 (Tomas I y II)
Primera Parte:
- Sergei Prokofiev (1891 - 1953): Obertura Americana, Op.42.
- Sergei Prokofiev (1891 - 1953): Sinfonía nº4, Op.47.
Segunda Parte:
- Sergei Prokofiev (1891 - 1953): Obertura Rusa, Op.72.
- Sergei Prokofiev (1891 - 1953): Sinfonía nº4, Op.112.
(Haz click aquí para acceder a la música vía Spotify)
Ahora que no es el mejor momento en la relación de dos grandes potencias como son Estados Unidos y Rusia por razones por todos conocidas, echamos un vistazo a uno de aquellos músicos que marcaron el Realismo socialista de la época comunista, mientras que también se prodigó como instrumentista y compositor en tierras americanas: Sergei Prokofiev, a través de una misma sinfonía, la número 4, en dos épocas diferentes de su vida y dos formas de entenderla.
El germen de sendas sinfonías, como de tantas otras obras de la época, podríamos decir que una vez más tiene su razón de ser en el empresario ruso Sergei Diaghilev, rey midas del ballet a principios del siglo XX. Y es que de hecho la Sinfonía nº 4 de Prokofiev debe su parte al ballet L’enfant prodigue que Diaghilev encargara al compositor en 1928. Durante su composición, Prokofiev escribió mucho material que a su entender encajaba más con lo puramente sinfónico, por lo que lo reservó para una nueva sinfonía que comenzó a escribir al tiempo que el ballet.
El resultado es que ambos comparten gran número de motivos e inspiraciones, como puede sentirse ya en el Andante inicial, desarrollado en forma de sonata y presentado por las maderas en una línea melódica que se repetirá más adelante en el segundo movimiento, para dar paso a continuación a un ritmo precipitado, un Allegro eroico que se expande con un marcado ostinato en la cuerda y es contrapuesto de nuevo con el lirismo del siguiente tema, de nuevo en las maderas, concretamente en la flauta, para acabar cerrándolo con los motivos del comienzo en unos tensos metales.
De nuevo la flauta y el resto de maderas, a las que se van sumando los metales, sostenidas por una lírica cuerda, dotan de un halo de misterio y oscuro color al Andante tranquilo que compone el segundo movimiento, inspirado en el final de L’enfant prodigue.
El Quasi allegretto que le sigue es extraído en su totalidad por Prokofiev del ballet, con un carácter de sarcástica danza en forma de scherzo. Finaliza la sinfonía un Allegro risoluto donde el compositor adopta de nuevo, de modo cíclico, la forma sonata, donde vuelve a surgir la tonalidad en do mayor tanto al principio como en la frenética coda donde acaba imperando y cuyo espíritu nos retrotrae al primer movimiento.
A esta primera versión de la Cuarta, le precede en nuestro concierto la Obertura Americana, Op.42 como reflejo de su estreno en Boston, así como a la revisión posterior le precede la Obertura rusa, Op.72.
En 1947, tras la imposición del Realismo socialista por parte de Stalin en la Unión Soviética como única vía posible para el arte e introducido Prokofiev en el mismo con sus tira y afloja (parte de su Guerra y Paz fue censurada, mientras que se prestó a la composición propagandística, por ejemplo, para acabar siendo acusado de "formalismo"), se decidió a revisar la partitura de su Cuarta sinfonía, que no gozaba de popularidad en su tierra natal, para dotarla de mayor nacionalismo y sensibilidad patria.
A la instrumentación se sumaron en este Op.112 un piano (de gran protagonismo), un arpa, percusión varia como triángulo, cajas chinas y pandereta, así como una trompeta y un clarinete. Mientras, los movimientos siguen siendo los mismos, aunque con evidentes diferencias. Para comenzar, el Andante-Allegro inicial es doblado en tiempo por Prokofiev y obviamente la orquestación es más densa, ahora todo es más a lo grande, de impactante impacto sonoro, con un desarrollo del tema en la forma sonata mucho más extendido.
De igual modo se procede en el Andante, con tiempo doblado y secciones y motivos repetidos, añadiéndose una introducción al Moderato donde intervienen las maderas y el piano y expandiendo la coda, incluyendo nuevos desarrollos temáticos.
Es en el movimiento final donde más se aprecian los cambios introducidos por Prokofiev, donde de nuevo se añade una introducción y donde se alcanza el clímax con el triunfalismo de rigor en los metales, envuelto todo ello un aire de desorden que borra la forma sonata.
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