La Asociación Gayarre de Amigos de la Ópera (AGAO) /continuaba con sus programación anual poniendo sobre el escenario del Teatro Gayarre de Pamplona un recital de ópera y zarzuela a cargo de Celso Albelo y Virginia Wagner, acompañados al piano por Juan Francisco Parra.
Grata sorpresa fue la voz de Virginia Wagner, a la que escuchábamos por vez primera. Posee un timbre de lírica plena, bien esmaltado, homogéneo, y resuelto con inteligencia técnica en los extremos grave y agudo, donde a veces asoman sonidos más tensos. La mayor virtud de Wagner es su lirismo, sobre el que plantea un fraseo siempre musical, sostenido gracias a un centro bien timbrado y amplio. Comenzó el recital con el "Ah, dagli scanni eterei" de Stiffelio, pieza que quedó algo lejos de sus facultades, por la constante demanda de un canto con importantes saltos interválicos, con un agudo muy expuesto y con agilidades donde la artista no se mostró tan diestra. En todo caso, lo mejor de su desempeño todavía estaba por venir, y comenzó con un modelado "Tu che di gel sei cinta" de Turandot, con la dosis justa de expresividad teatral e irreprochable desde un punto de vista técnico. Lo mismo cabe decir de las dos arias de repertorio francés. Primero la escena completa de las joyas de Marguerite, del Faust de Gounod, de nuevo con una bien medida teatralidad y con una irreprochable dicción en francés, solventando sin apuros la cadencia final hacia el agudo. Gustó, y mucho, su sentida lectura del "Addieu, note petite table" de Manon. Una pieza sin duda agradecida y que se sostiene muy bien con el sutil acompañamiento del piano, que reproduce aquí fielmente, como no siempre pasa, el mimado tejido orquestal dispuesto por Massenet.
Estupenda Wagner, pues, en el repertorio francés de lírica pura, hasta el punto de recordarnos a una intérprete habitual en estos papeles como Inva Mula, a la que no tiene nada que envidiar. Pero sin duda lo mejor de Wagner vino con una emotiva y meditada recreación de la escena de la preghiera de Desdémona, del Otello verdiano. No es en modo alguno una página sencilla, tanto por el acento intimista y recogido que demanda como por la constante transición por el canto a media voz y en piano que requiere. Y lo cierto es que Wagner supo dar con el tono y resolvió sin mácula la partitura, desde un punto de vista técnico. Ya en la segunda parte, la zarzuela no se mostró tampoco ajena a las facultades de Wagner. Interpretó con brío y salero las "Carceleras" de Las hijas del Zebedeo y recreó con acento doliente y teatral melancolía el "No corté más que una rosa" de Sorozabal. También ofreció la página "Sierras de Granada" de La Tempranica. En general, pues, una intérprete completa, teatral y vocalmente desenvuelta. Una lírica de buenas facultades apta para un repertorio ciertamente extenso, desde los roles franceses de Gounod y Massenet a no pocos títulos de Verdi o Puccini.
Por su parte, Celso Albelo comenzó algo incómodo con la seca acústica del teatro, y la voz tardó así un tanto en calentar y en mostrarse del todo fuera, tan libre e in maschera como acostumbra a sonar en su caso. Eso lastró un tanto su interpretación de 'Il lamento de Federico' de L'arlesiana de Cilea, página no incluida en el programa pero que Albelo decidió regalar al público para comenzar el recital. Todo comenzó a fluir, sin embargo, con una magistral lectura de 'Una furtiva lagrima', página que Albelo delinea a placer, paladeando el texto, con detalles constantes en la emisión y en el fraseo que denotan un estudio continuado del rol, lejos de la aparente espontaneidad de su resultado expresivo. Nos gustó, y mucho, su 'Favorita del Re' de la ópera homónima de Donizetti. Nos sacamos con ello la espinita de no haber podido disfrutar de Albelo en las representaciones de este título que tuvieron lugar en París y de las que dimos cuenta aquí. Albelo se antoja un intérprete ideal para este repertorio, con esa emisión fluida, siempre sul fiato, y ese agudo resuelto y brillante. Se agradece asimismo la musicalidad constante en la recreación belcantista de la frase, con variedad en las dinámicas, lejos en todo momento de un canto hueco que sólo busca el sonido.
Compartir
Aviso: el comentario no será publicado hasta que no sea validado.