El tenor tinerfeño Celso Albelo participa hoy, a las 20:00 horas, en el recital-homenaje que el Teatro de la Zarzuela y la Fundación Victoria de los Ángeles organizan en memoria de la extraordinaria soprano española Victoria de los Ángeles.
- ¿Conocía la existencia de la Fundación Victoria de los Ángeles?
- Sí, aunque no de manera tan cercana como ahora. Se pusieron en contacto conmigo hace algún tiempo para buscar un hueco en la agenda y posteriormente, a través de Nancy Fabiola Herrera, que se está encargando de la parte artística, conseguimos organizar el evento con mi colaboración en el homenaje a Victoria.
- ¿Cuál ha sido el criterio a la hora de organizar el programa?
- Supongo que me han elegido a mi por ser seguir en cierto modo la tradición de cantantes españoles internacionales, más allá del repertorio, del mismo modo que Teresa Berganza presentó otra gala similar (se refiere imaginamos, a la que tuvo lugar en el Teatro Español, en diciembre del 2010). Yo creo que una cosa es Victoria de los Ángeles como persona, su vida y carrera y otra cosa, la ayuda que podamos ofrecer los cantantes españoles, que estamos en deuda con ella, por ser de las primeras que cantó a nivel internacional en los mejores teatros.
- Esta temporada, tiene previsto cantar dos obras del género lírico español, tanto en el Palau de la música de Valencia ("L'Indovina"), como en el Teatro de la Zarzuela de Madrid ("Marina"). Es un repertorio que no estamos acostumbrados a oírle.
- ¿En Valencia?. No, no tengo previsto hacer nada allí. Es cierto que me comentaron la posibilidad de montarla, pero finalmente no cantaré (un nuevo caso de la falta de información de algunos teatros, pues sigue anunciado). En el caso de Madrid, he de decir que como bien sabéis, la base de mi carrera se ha estructurado fuera de España y aquí, aunque participo de vez en cuando, no suelo actuar con tanta frecuencia. Se me ofreció la posibilidad de cantar una de las pocas obras que se adaptan a mis características vocales, en un teatro en el que siempre he querido cantar una pieza representada. Justo se iba a ofrecer una nueva producción, acepté y lo espero con ilusión.
- ¿Y no ha pensado entrar más de lleno en el terreno de la Zarzuela?
- No, la verdad es que no.
- Viene de Parma de cantar "Rigoletto" con Leo Nucci y Jessica Pratt, reparto idéntico al que tiene previsto hacer en Sevilla en junio. ¿Qué le atrae del personaje del Duca di Mantova?
- No, en Parma fue con Desireè Rancatore. Fue una función aparte, con una colaboración de Desirèe y mía. Respecto a la pregunta, yo creo que junto al Nemorino, constituye uno de mis caballos de batalla. Es un papel en el que me siento cómodo, aunque cuando empecé mi carrera no quise cantarlo demasiado. Ahora me sienta bien para mi voz, cada vez estoy más tranquilo en él y además me enseña a cantar. Por cierto, bisé La donna è mobile (nos comenta con ironía, haciendo referencia a una conversación iniciada respecto a los bises).
- Tienden a compararle a menudo con Alfredo Kraus. ¿Hasta qué punto es una ventaja?
- Bueno, hay mucha gente que no me compara, sino que me dice "Si dejaras de imitarlo, sería mejor". Pero yo en ningún momento quiero imitar al maestro porque, para empezar, es irremplazable y su manera de hacer y de cantar forma parte del patrimonio histórico de la música. Lo que está claro es que para mi es un referente absoluto de cómo se deberían hacer las cosas. Él tiene su personalidad y yo tengo la mía.
- Otro cantante con el que también tienden a equipararle es con Juan Diego Flórez, a pesar de que usted apenas canta Rossini, excepto el pescador de "Guillaume Tell". ¿Ha pensado alguna vez hacer algún papel que no requiera tanta coloratura?
- Algunos comentan que podría hacer algo del Rossini serio, pero creo que mis características vocales y mi manera de cantar se alejan de la manera de hacer rossiniana. Me han ofrecido recientemente "Guillaume Tell", en esta ocasión como Arnold y es una oportunidad que tengo que estudiar con calma. Es cuestión de ponerte a estudiar y ser consciente de que, si no te va el papel, hay que dejarlo.
- Fueron famosas las declaraciones del actual intendente del Teatro Real, Gérard Mortier, en las que descalificaba una parte del repertorio operístico y sobre todo a los cantantes españoles. Se difundió un manifiesto a favor de su destitución y fue de los primeros en firmar.
- Yo no firmé nada pidiendo la destitución del señor Mortier, simplemente fue mi rechazo a su forma de vernos. Quise decir que el hecho de cantar con o sin estilo no dependía de la nacionalidad, aunque luego eso se manipuló, pretendiendo hacer ver que algunos cantantes pedíamos la dimisión del director artístico. Yo no puedo juzgar el trabajo de Mortier, pero no estoy de acuerdo con lo que dijo. Un cantante no canta con menos clase, estilo o gusto por ser español o no.
- Sin embargo, parece que tenemos asegurada su colaboración con un "L´elisir d'amore" en el Teatro Real.
- Si hago "Elisir" en Venecia, en la Staatsoper de Viena y tantos otros lugares, puedo tener un hueco para Madrid.
- Dos repartos además, casi 100% españoles. Parece que ha cambiado de parecer.
- Bueno, eso ya no lo sé, lo que opine o no, sus ideas, están bastante claras y parece que las quiere llevar hasta el final.
- En sus últimas comparecencias ha dicho que, de persistir los recortes en cultura, se marchará, porque no se pueden mantener ciertos caprichos.
- Caprichos o no, solo cabe agradecerle su aportación al Real durante su mandato y, si decide marcharse, esperar a que venga el siguiente.
- Hablando del Nemorino, otro de sus papeles clave, ¿de qué manera enfoca el personaje?
- Nemorino sobre todo es un tipo muy sincero, en absoluto un idiota que dice de principio a fin todo lo que piensa y que utiliza todo lo que está a su alcance para conseguir el amor de su vida, Adina.
- Su aria principal, Una furtiva lagrima se tiende a considerar fácil, a pesar de entrañar grandes dificultades. ¿Qué nos puede decir de su escritura?
- La "Furtiva lagrima" es un detector de mentiras. Para empezar, la primera nota no se puede gritar. Cantar piano, delicado, es mucho más complicado que cantar a pleno pulmón. Y justamente esta pieza exige un buen control del fiato, de la respiración, del volumen y de la afinación. Las primeras notas están construidas sobre la zona de pasaje del tenor (exige un "Fa"). Además la pieza está al final de la obra, no es lo mismo que cantarlo en un recital, aquí te lo juegas todo a una carta.
- Con el aria ha protagonizado momentos importantes al haberla bisado en Venecia, Bilbao o Palermo, entre otras ciudades. ¿No cree que resta espontaneidad al momento?
- La gente intenta justificar un bis o no por la cantidad de aplausos tras la pieza y podría ser válido. Lo que el público no entiende es la satisfacción del cantante ante las ovaciones. Digamos que el bis sería la conclusión de un momento mágico, de los que se protagonizan en el teatro. Además, no es algo que surja solo del cantante, también tienes que pedir permiso a la orquesta y al maestro. Yo solo puedo decir que no me arrepiento de ninguno de los bises que he hecho a lo largo de mi carrera. El primero fue en Venecia, que para mi fue mágico, aunque no sé si fueron dos, tres o cuantos minutos de aplausos. El teatro, eso sí, estaba en pie y gritaban como locos. En Bilbao sucedió algo parecido y en Palermo, me lo pidió hasta la propia orquesta. Eso de que un primer violín se levante y te pida que repitas el aria es emocionante. Es algo que el público que escucha una grabación no siente, por eso el teatro es mágico.
- Últimamente está enfocando su repertorio hacia los papeles románticos franceses, como el Nadir o el Fernand de "La Favorite" que hará en París. ¿Se plantea un límite en estos papeles?
- En el papel de Nadir me siento bien y el de "La Favorita" lo estoy estudiando. Lo debuto en los Campos Elíseos. No olvidemos que uno es Bizet y el otro sigue siendo Donizetti, un autor que me gusta y con el que me siento a gusto, al igual que con Bellini. Luego otro tipo de óperas francesas tipo "Manon" o "Werther" con el tiempo se verán, aunque mi avance como intérprete puede ir por esos caminos.
- El belcanto es un repertorio que algunos consideran de excesivo lucimiento. Una sucesión de escenas (recitativo, aria y cabaletta) en la búsqueda de lucidez. ¿Tiene alguna respuesta al respecto?
- Para gustos los colores, siempre y cuando lo hagan desde el respeto, porque aunque es verdad que es una sucesión de arias y cabalettas, la persona que es sensible y está preparada, no tiene por qué llegar a degradar una parte de la música por una cuestión de gustos. Y el belcanto, sobre todo, es algo muy complejo.
- Para cantar belcanto es imprescindible, aunque no único, tener un buen dominio de la respiración para poder sostener largas frases y obtener un buen legato.
- Por ejemplo: La gente habla muchas veces de legato sin saber exactamente qué significa. La gente habla de una respiración correcta y si no lo hace como un determinado cantante, deja de serlo, y no es cierto. Por eso digo que realmente quien sabe es aquel que está estudiando todos los días, aunque no salga del todo bien, pero siempre estará más cerca del que solo lo presupone.
- Si algo caracteriza su voz, es la amplitud y extensión del instrumento hacia el sobreagudo, alcanzándolo a plena voz sin necesidad de recurrir al falsete o a la voz mixta.
- Es una consecuencia de todo lo que cantas anteriormente. El sobreagudo es un plus que tienes, aunque donde realmente se canta es en el centro de la voz, en el pasaje. Tengo facilidad gracias al estudio y por lo consciente que soy de mi instrumento.
- En el caso de las variaciones o puntature, ¿es muy purista o da rienda suelta a la imaginación a la hora de variar una pieza?
- Siempre y cuando haya un equilibrio, puede valer. Y sobre todo, también hay que escuchar las opiniones de los maestros, porque uno a veces tiene el concepto del momento, mientras que el director tiene una visión mucho más global de la partitura, que te puede ayudar a elegir unas variaciones u otras.
- Tiene a los aficionados en vilo, ¿cuándo tiene previsto debutar el papel de Lor Riccardo Percy?. Porque a pesar de estar programado, ha tenido que postponerlo.
- Quisiera hacerlo cuanto antes. Quizá es el papel que más he estudiado, pero unas veces por problemas personales- desgraciadamente falleció mi sobrino recién nacido- y otras por enfermedad (en el Teatro Verdi de Trieste), he tenido que aparcarlo. Pero es un papel que poco a poco lo voy retomando y la escena "Vivi tu, te ne scongiuro...Nel veder la tua costanza" la voy incorporando en mis recitales.
- Pertenece a una generación de cantantes canarios en alza. Jorge de León, Francisco Corujo o su hermano Badel, por citar a los tenores.
- Nuestro gran secreto es que no solo somos cantantes, también somos muy buenos amigos. Pancho y yo entramos el mismo día en el conservatorio, hicimos las pruebas el mismo año...luego mi hermano, con el que tengo una relación excelente. Siempre digo que es el que realmente tiene voz de mi familia, y así es. Jorge es la persona más humilde y trabajadora de todas las que he conocido y los resultados están ahí. En su repertorio yo no he oído nunca una cosa igual en directo. Todos hemos podido oir a Corelli en grabación, pero no en teatro y Jorge es único, no solo lo digo yo.
- Tengo entendido que no está muy a favor de cierto sector de la crítica, aunque la hay de varios tipos.
- Yo digo que al final el que se sube al escenario soy yo, que me considero honesto y trato de hacer todo con sinceridad. Un año puedo tener suerte, pero llevo unos cuantos manteniéndome en algunos teatros. El único importante que me falta es el Met y estoy en negociaciones. La gente es libre de opinar lo que considere.
- ¿Lee las críticas que hacen de usted?
- Ya no las leo, de eso se encarga mi agencia de publicidad. No hay ningún tipo de crítica tranquila, siempre hay intereses por detrás.
- Sin embargo, el público, toda vez que paga su entrada, tiene "derecho" a exigir un mínimo de calidad, ¿no cree?
- Lo que no se puede como he dicho antes, es faltar al respeto. Desde el punto de vista teórico, la gente habla con una terminología muy concreta y hay gente muy joven que habiendo ido a la ópera veinte veces, se permite el lujo de hablar de cosas que ni ellos mismo entienden. A este tipo de crítica le invito a que se ponga del otro lado e intenten emitir un sonido, para que vean lo complicado que es.
- ¿Se lo exigen a menudo?
- Si aquí hay alguien realmente exigente para con él, ese soy yo, se lo puedo asegurar.
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