Por Albert Ferrer Flamarich
Blancafort (1897-1987): Solenne Cantata Virgo Maria. Orfeón Catalán. Coro de Cámara del Palacio de la Música Catalana. Orquesta Sinfónica de Barcelona. Antoni Ros-Marbà, director.FICTA. LMG 2161 DDD 55:40
El sello FICTA publicó una importante grabación en 2019: el fresco sinfónico-coral Solenne Cantata Virgo Maria. Seis estampas vocales acabadas por el compositor Manuel Blancafort (1897-1987) el año 1963 después de una década de gestación. Dividido en seis movimientos a partir de una selección de La Biblia hecha y traducida del latín por el propio compositor, se trata de una gran cantata de reminiscencias gregorianas y polifonía montserratina, con un predominio de texturas homofónicas y un trato polifónico ocasional del coro, con mucha presencia de las voces femeninas. Son seis pequeñas cantatas bien organizadas que se forman a partir de un lenguaje rico dentro de la tradición, libertad armónica (cromatismo, tonalidad ampliada, modalidad) y periodos amplios en la construcción de frases musicales. Sugieren una impresión propicia a la emotividad contenida y a la contemplación, con una significativa riqueza de colores, ocasionalmente, bañada por un trato más evocativo y abstracto que desde un pragmatismo literal. Como es el caso del inicio festivo de Nativitate y su sección central que presenta una danza popular muy estilizada.
La percepción global es la de una composición orgánica, fluida, sensual, nada pomposa, que busca pocos momentos climáticos y de grandes masas sonoras con hermosos y placenteros resultados que integran claras influencias de la tradición religiosa británica (Vaughan Williams, Walton y Dyson) y, particularmente, de la escuela francesa que aprendió durante su juventud. En particular de Poulenc, como se evidencia desde el primer movimiento, Immaculata, aunque sin el movimiento más rítmico del francés; de Messiaen, en el inicio de la Anuntiatione, el movimiento más heterogéneo y complejo en el juego de contrastes; y de Debussy, en el orientalista Aegyptum, completamente instrumental. En conjunto, resultan más evocativas que desterminadas por un programatismo literal y en un gran arco que dota de sentido unitario, del que la Assumptione conclusiva, se presenta determinada por una diferenciación más evidente en el trabajo orquestal, más rico y rítmico, y de todo el plantel instrumental.
Bajo la dirección de Ros-Marbà, la OBC y dos de los principales coros catalanes -Orfeó Català y Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana, ofrecen esta primicia mundial en una recreación pulcra, cambrística, con buena dicción y afinación. Lo demuestra la quinta cantata, Stabat mater para voces a capella, sobre un ritmo de marcha fúnebre y de carácter procesional en un trato más elegíaco que dramático. Ayuda la excelente captación del sonido de este live del 7 de julio del 2016 en el Palau de la Música Catalana. Por el contrario, la edición del libreto peca de escasez: un cartón en tres idiomas, sin currículos de los intérpretes, ni los textos cantables. El único atractivo son las completas y bien elaboradas notas de carpeta escritas por Mónica Pagès Santacana. Esta cantata constituye una de las obras sinfónico-corales más relevantes del patrimonio musical español y una de las composiciones más ambiciosas de un compositor aún demasiado asociado a las formas pequeñas de su obra pianística y canciones.
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