Por Álvaro Menéndez Granda | @amenendezgranda
Liszt, Sonata en si menor. Schumann, Fantasía Op.17. Beethoven/Liszt, An die ferne Geliebte. Juan Pérez Floristán, piano. Naxos, 2017.
Juan Pérez Floristán es uno de los músicos españoles más conocidos y prometedores del panorama actual. Nacido en 1993 es ya un pianista sólido con una técnica envidiable y recursos para abordar repertorios de altos vuelos. Ganador del XVIII Concurso Internacional de Piano «Paloma O’Shea» de Santander, acaba de lanzar al mercado una grabación con el sello Naxos en la que incluye nada menos que la celebérrima Sonata en si menor de Liszt y la Fantasía Op.17 de Schumann, además de una transcripción lisztiana del ciclo de lieder An die ferne Geliebte de Beethoven.
La monumental Sonata en si menor es, sin sombra alguna de duda, la mayor obra pianística de su autor y una de las más imponentes de todo el repertorio del instrumento. Densa, cambiante, opresiva, lírica, y diabólicamente compleja, los adjetivos para referirse a ella se quedan siempre muy cortos. Su peculiar forma cíclica la convierte en un ejemplar único en su género, que lleva el nombre de sonata pero que expande la forma más allá de sus propios límites. Grandes intérpretes han grabado esta cumbre del piano, grandes nombres como Arrau, Pollini, Kissin, Argerich, Brendel, Gilels, Hamelin, o Zimerman.
Cabe pues preguntarse si Pérez Floristán, con su juventud y su empuje, podrá no ya aportar algo, sino tan solo defender esta escalada pianística. Y la respuesta es un rotundo sí. Su interpretación sorprende por su vitalidad, su preciso control de los contrastes y el timbre dulce de los pasajes más cantábiles. Una versión que se gana por méritos propios un lugar próximo a las de aquellos grandes pianistas citados. Hay distancias que salvar todavía, pero nos encantaría escuchar una nueva versión de esta sonata en las manos de Pérez Floristán dentro de unos años.
Hermosa página, fruto de la inventiva de Beethoven y el pianismo genial de Liszt, es la transcripción que éste último realizara del ciclo de lieder An die ferne Geliebte. Es una ocasión perfecta para disfrutar de una mixtura de talentos,los del compositor, el transcriptor y el intérprete, reunidos aquí en un ambiente lírico y relajado que establece un fuerte contraste con la obra precedente. Pérez Floristán desarrolla este ciclo de forma que el balance entre la melodía —evocadora de la voz humana— y el acompañamiento está verdaderamente logrado.
La Fantasía Op.17 es una de las partituras más inspiradas de Schumann, y una de las más difíciles de su —ya de por sí compleja e incómoda— escritura pianística. Formada por tres movimientos, el primero de ellos exhibe una forma sonata muy ampliada cuyo primer tema parece luminoso pero oculta un trasfondo inquieto y atormentado que pronto acaba manifestándose abiertamente. Las personalidades de Schumann luchan por la supremacía y se intercalan repentinamente truncando el discurso. El segundo tiempo es famoso por contener uno de los pasajes más difíciles de la literatura pianística de la época y el tercero por ser especialmente lírico, el triunfo del Schumann amable y dulce. Lo mismo que decimos de Liszt puede decirse de Schumann en cuanto a la interpretación del pianista sevillano. Pérez Floristán hace un gran trabajo, en mi opinión excelente en el primer y segundo movimiento, y muy satisfactorio en el tercero —al que le falta una pizca de expresividad para llegar al nivel de los anteriores—.
En resumen, un disco al que casi nada le falta para ser excelente. Ni siquiera la toma de sonido, que es realmente buena, balanceada y contundente. Se producen una gran cantidad de grabaciones al cabo del año y no todas corren la misma suerte. Mientras unas pasan inadvertidas, otras acaban convirtiéndose en las referencias del mañana. No es posible, al menos para quien firma estas líneas, predecir si esta tendrá un destino más parecido al primer supuesto o al segundo, pero todo apunta a que Pérez Floristán pasará muchos años en la breve lista de nombres que forma el círculo de los mejores pianistas españoles. Habrá que esperar unos años, tras los cuales desearíamos —como decíamos antes— volver a escuchar estas obras maduradas al paso del tiempo. Pérez Floristán es un maravilloso pianista ahora mismo. Nadie garantiza que mejore pero, ¿y si lo hace?
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