Por Albert Ferrer Flamarich
Stabat Mater de Boccherini. Luigi Boccherini (1743-1805): Stabat Mater. Anaïs Oliveras, soprano. Guadalupe del Moral, violín I. Elisabeth Bataller, violín II. Jordi Armengol, viola. Oleguer Aynamí, violoncelo. Xavier Puertas, contrabajo. Enchriadis EN 2050 DDD 39 minutos
Considerado por la biógrafa Babette Kaiserkern como un «Opus summum» que reúne la esencia musical de Luigi Boccherini, de su Stabat Mater existen dos versiones con veinte años de diferencia entre ellas. La primera, de 1781, fue escrita en fa menor para soprano y quinteto de cuerda de acuerdo con los músicos disponibles al servicio del Infante Don Luis, hermano del monarca Carlos III: la esposa del compositor, la soprano Clementina Pelicho; el propio Boccherini al violoncelo y el cuarteto formado por los músicos de la familia Font (en la viola, Francisco, el padre; y en los violines, Pablo y Juan, sus hijos). La versión de 1801, publicada en 1805 como Opus 61, cuenta con tres partes cantadas (dos sopranos y un tenor), un plantel instrumental ampliado, líneas melódicas más ornamentadas y la inclusión de una obertura que, en realidad, es el primer movimiento de la Sinfonía número 4, op. 35 de 1782 con un fuerte contenido dramático y audaces modulaciones de su desarrollo. El compositor regaló el manuscrito de esta segunda versión a la pianista Sophie Gail que le había visitado en Madrid. Por cierto, firmaba las obras y documentos como Luis Boccherini desde la primavera de 1769, cuando llegó a Aranjuez.
Compuesto bajo la influencia del más famoso de los Stabat Mater, el de Pergolesi, lo supera en claridad formal. Dividido en tres bloques diferentes, se caracteriza por un estilo galante muy enriquecido en las voces interiores, en la horizontalidad musical y por una melancólica belleza afín a la poética del sentimiento del siglo XVIII. Los tres movimientos iniciales se basan en tonalidad menor, los cinco centrales, en tonalidad mayor y los tres últimos nuevamente en modo menor. Parte de su material se aprovecho en composiciones posteriores como el Cuarteto de cuerda de menor G. 214 del Opus 41, que se nutre del «Cuius animam gementem» que representa el sufrimiento de María ante la Crucifixión de Jesús. El Andante flexible del mismo cuarteto se reconoce en «Quando corpus morietur» y de «Fac tu anímame donetur paradisi gloria». La sensibilidad, el melodismo grácil, la inmediata expresividad y el uso de timbres oscuros de Boccherini ya llamaban la atención en la época, como testimonió Charles Burney. El cronista y viajero inglés destacó el pathos, la honestidad y la tragedia como trazos de un estilo osado y magistral a partir del cual se estableció una oposición tópica durante décadas entre Haydn-Boccherini. En parte, por ser el autor de una obra muy alejada de la dialéctica centroeuropea, particularmente de la forma de sonata vienesa.
El grupo de cuerdas -no se indica ningún nombre como conjunto- ofrece una lectura diáfana, homogénea y sin manierismos en esta grabación que el sello Enchiriadis ha comercializado de la versión de 1781. Se grabó en la Atlàntida Centre d’Arts Escèniques d’Osona en junio de 2018. Destacan las finas escalas de expresión y la preferencia por la suavidad y los matices expresivos afines a las abundantes indicaciones de ejecución como dolce, affettuoso, smorzando, mezza voce y otros, tan abundantes en Boccherini, tal y como explica Kaiserkern en su convincente monografía sobre el compositor (Editorial Arpegio, 2018). A la atractiva personalidad sonora basada en criterios historicistas y una hábil coloración del discurso, se suma la buena dicción y claridad en la articulación de la soprano Anaïs Oliveras como se percibe, por ejemplo, en «Quae moerebat» y «Eia Mater». La edición en dijipack contiene notas del libreto en catalán, español e inglés; y el texto de Iacopone da Todi también en el latín original. No obstante, se desaprovecha el minutaje posible del compacto: se podía haber agregado alguna obra más.
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