Con motivo de su próximo estreno, la Compañía Nacional de Danza presentó ayer a los medios la versión de Carmen que ha encargado al coreógrafo sueco Johan Inger, una revisión del clásico que no se centra en el personaje de la protagonista sino que utiliza distintas figuras teatrales para acercarnos al verdadero trasfondo de la historia. Inger usa la figura de un niño como el espectador inocente que, sin saber qué pasa, va descubriendo que esta historia es una historia de desamor y pasiones, pero sobre todo de violencia. En palabras del propio coreógrafo: “Mi Carmen parte de la historia original de Merimée, en la cual José es el auténtico protagonista quien, incapaz de soportar la libertad de su amada, inicia un descenso a los infiernos, llevado por los más primitivos instintos del hombre: la pasión y la venganza”.
A esto se añade una escenografía clara, limpia, escenarios que podrían ser de cualquier ciudad, sin costumbrismo. Podríamos estar en Sevilla pero la idea es llevarlo a cualquier “escenario”. Una sombra aparece entre el hormigón o en lo que podría ser la serranía de Ronda, para explicarnos que lo que allí está sucediendo es oscuro o se podría querer ocultar. La Carmen del ballet de Inger no se basa en la estética del flamenco o el folclore español sino en la de un siglo XX urbano, una Carmen que se estrena el 9 de abril en el Teatro de la Zarzuela y que contará con 10 representaciones en el coliseo madrileño (hasta el 19 del mismo mes) para después salir de gira por ciudades como Santander, Tudela, Valencia o Bonn.
Dirección y coreografía : Johan Inger
Música: Rodion Shchedrin y Georges Bizet
Música original adicional: Marc Álvarez
Dramaturgia: Gregor Acuña-Pohl
Escenografía: Curt Allen Wilmer (AAPEE)
Ayudante de Escenografía: Isabel Fernández Barrios
Iluminación: Tom Visser
Vestuario: David Delfín
Asistente del coreógrafo: Urtzi Aranburu
Duración: 1 h. 30 min. (Ballet en dos actos)
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