Por José Carlos González Abeledo
Mahón, 29.05.15. Teatro Principal. Carmen, Georges Bizet. Nancy Fabiola Herrera (Carmen), Aquiles Machado (Don José), Simón Orfila (Escamillo), Isabel Rey (Micaela), Stefano Palatchi (Zuñiga), Alex Sanmartí (Morales), Marifé Nogales (Mercedes), María Camps (Frasquita), Manuel Esteve (Le Dancaïre), Albert Casals (Remendado), Lola Navarro (una joven), Biel Flores (un gitano). Coro de Los Amigos de la Ópera de Mahón, Pueri Cantores de la Catedral de Ciudadela, Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares, Giuseppe Finzi (Director Musical), Paco López (Director de escena).
El Teatro Principal de Mahón, al que le cabe el honor de ser el teatro de ópera mas antiguo de España, fue acomodo de una Carmen pergeñada por los Amigos de la Ópera de Mahón con la inestimable ayuda del bajo menorquín Simón Orfila. Representación de exitoso resultado al que contribuyeron todos los intervinientes en la misma comandados por un espléndido plantel de primeras figuras del bel-canto y un prometedor director de orquesta italiano, Giuseppe Finzi, adscrito a la Ópera de San Francisco, pero con cada vez mayor presencia en los teatros europeos.
Pinzi dirigió y concertó con brillantez a orquesta, coro y solistas, corrigiendo con premura y acierto algunos leves desajustes entre coro y orquesta en el primer acto. Tanto la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares como el Coro de los Amigos de la Ópera de Mahón y los Pueri Cantores de la Catedral de Ciudadela, contribuyeron significativamente al éxito de la velada a pesar del poco espacio disponible tanto en el foso, para la Orquesta, como en el escenario para Coro y solistas.
Evidentemente fue el sobresaliente elenco vocal quién apuntaló el estimable éxito de la función. Nancy Fabiola Herrera fue una apropiadísima Carmen, tanto en lo vocal como en lo escénico, haciendo una verdadera creación del personaje de la cigarrera sevillana. Sin cargar las tintas en lo procaz como otras colegas y matizando con claridad sus distintos números, tanto en los que era protagonista como en los de conjunto, logró un merecido triunfo.
A Aquiles Machado le hemos visto mas cercano al soberbio artista de sus primeros años que al cantante con serios problemas que fue en los últimos tiempos, en los que quizás un repertorio demasiado pesado para sus características vocales le restó frescura vocal, sobre todo en su octava aguda. Ojalá esta etapa de madurez en la que ahora entra confirme la gratísima impresión que nos produjo su D. José, papel no obstante que en nuestra opinión entra dentro de los peligrosos para su voz, a la postre la de un lírico puro y no la de un lírico-spinto.
Isabel Rey, espléndida madurez vocal la suya, hizo una perfecta recreación de la sufrida y enamorada Micaela, luciéndose en todas sus intervenciones tanto como solista como en sus dúos con Don José. A destacar su aria del tercer acto “Je dis que rien ne m´epouvante”, quizás llevada un “pelín” lenta por el Director sobre todo en sus compases iniciales, pero que arrancó del respetable numerosos aplausos.
Simón Orfila ha encontrado en el papel del torero Escamillo, que ha incorporado a su repertorio recientemente, uno de los pilares con los que puede incrementar su ya bien ganada fama como intérprete a caballo entre la tesitura de bajo lírico y la de bajo barítono. Aunque en mi opinión su voz no es la de un bajo barítono al uso, sino la de un artista con unas características muy peculiares que le permiten transitar con éxito por los dos repertorios. La ovación que recibió tras terminar su aria "Votre toast, je peux vous le rendre", fue la mayor de la velada, lo cual no es de extrañar dada la popularidad de la misma y lo bien que la cantó, independientemente de otras consideraciones no específicamente musicales como es la de su condición de artista local.
El resto del elenco estuvo también a gran altura, completando así una muy meritoria, me atrevería a decir que excelente, función operística de una obra tan popular como es Carmen, con tantos personajes y variadas localizaciones. Y en la que es tan fácil caer en lo superficial y tópico, descuidando sus innegables valores musicales y dramáticos. También es de justicia destacar la labor del responsable escénico, Paco López, que supo sacar adelante muy dignamente la función a pesar de los inconvenientes que conlleva la falta de suficiente espacio escénico para mover adecuadamente las numerosas escenas que en esta ópera requieren mucha gente en el escenario. Todo lo dicho anteriormente, mas un adecuado vestuario, nos ayuda a olvidarnos de algunos detalles escenográficos y de iluminación que no estuvieron a la altura del resto de elementos intervinientes, pero que en absoluto menoscaban el éxito de la representación.
Fotografía: Facebook de Nancy Fabiola Herrera
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