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Crítica: Carlos Mena dirige obras de Grieg, Kodaly, Pergolesi y Vaughan-Willians al frente de la Orquesta de Córdoba

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Autor: José Antonio Cantón
3 de mayo de 2021

Distinguido éxito de Carlos Mena 

Por José Antonio Cantón
Córdoba, 29-IV-2021. Gran Teatro.  Orquesta de Cordoba (OC). Solista: Jone Martínez (soprano). Director y contratenor: Carlos Mena. Obras de Grieg, Kodály, Pergolesi y Vaughan-Williams.

   El contratenor alavés Carlos Mena ha sido uno de los intérpretes más destacados de la presente temporada de la Orquesta de Córdoba, al que ha invitado a su noveno programa de abono que ha sido titulado "Stabat Mater Dolorosa" por la pieza de música religiosa que Giovanni Battista Pergolesi compuso en 1736, quedando en la historia  como la más famosa y admirada de las compuestas para el texto del himno mariano que, con el mismo título, escribió el fraile franciscano Jacopone da Todi en el siglo XIII.

   Ha estado acompañado por la joven soprano vasca Jone Martínez que ha destacado por la claridad de su voz aún en proceso de estabilización e igualdad de carácter en los registros medios-bajos, como los que contiene la canción Våren, op. 33-2 de Edvard Grieg, la segunda de las tres que inicialmente cantó del compositor escandinavo. Sus distantes intervalos requieren gran técnica de colocación vocal asegurada desde un apoyo firme a la vez que de una resolutiva nitidez en la emisión. Parecida exigencia tiene la romanza Fra Monte Pincio, op. 39-1, encontrándose la cantante más cómoda en los registros agudos de este lied, que alcanzaba con brillantez pese a la dificultad fonética que comporta la dicción en noruego. Su versión de la admirada Canción de Solveig, op. 23-1 fue exquisita en su declamación, realizada con excelente gusto, siendo secundada en todo momento por la pausada dirección orquestal de Carlos Mena que la condujo con ese sosiego que caracteriza el desarrollo de su dulce melodía.


   Cambiando acertadamente el orden previsto del programa, antes se interpretó  la primera obra orquestal significativa de Zoltán Kodály, Nyári este (Tarde de verano). El maestro enfatizó siempre el carácter bucólico de esta armónicamente académica pieza, transmitiendo mayor alegría en el ritmo dado al ascendente episodio central de la cuerda en su función de mostrar una contrastada exposición temática ante las trompas que, salvo algunos pequeños desajustes, funcionaron con eficacia.

   En tercer lugar se pudo escuchar el impecable registro vocal de Carlos Mena, como anticipo y origen de las Five Variants of 'Dives and Lazarus' en si menor, IRV 94, para arpa y orquesta de cuerda de Ralph Vaughan-Williams, cantando repetidamente, sin acompañamiento y en sucesivas estrofas la antigua melodía en la que esta obra está inspirada, hecho que ilustró excelentemente su transformación en cada una de la variaciones que integran esta composición orquestal especialmente querida por el autor hasta el punto de desear que la tocaran durante sus exequias, que tuvieron lugar en la Abadía de Westminster. La OC respondió con sentido y eficacia las indicaciones del director, produciéndose uno de los momentos estelares del concierto. Éste aumentaba así su interés conforme se acercaba la composición más esperada por el público, el conocido Stabat Mater de Pergolesi, que Vincenzo Bellini llegó a calificar como «divino poema di dolore».

   Desde un planteamiento de absoluto recogimiento emocional, Carlos Mena y Jone Martínez lo iniciaron a dúo con profundo sentimiento, que fue contrastado por los trinos de la segunda estrofa a cargo de la soprano antes de destacar el aire «händeliano» que imprimió el contratenor a la cuarta. Con una excelente sensibilidad, la cantante destacó en el pasaje Vidit suum dulcem Natum por la temblorosa expresividad vocal dada a las palabras «dum emisit spiritum». La interpretación crecía estéticamente conforme avanzaba, generando un mayor grado de interés en el oyente, especialmente en momentos en los que las dos voces se unían, como ocurrió, cargando de energía el octavo número, Fac me vere tecum flere, que funcionó como punto de partida para afrontar los cuatro pasajes últimos en los que ambos cantantes se superaban constantemente dando un muy cuidado sentido contemplativo a su canto.

   El público se mantuvo con absoluta y tensa atención a lo largo de toda la interpretación, estallando al final en uno de los más cerrados aplausos de la presente temporada de la OC, conmovido por los sensibles detalles percibidos en esta versión de Carlos Mena que, con gran acierto y enorme éxito en su representación, ha sabido entender y transmitir las esencias de esta magistral pieza barroca de música sacra.

Foto: Paco Casado

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