El público asistente a la función inaugural de Aida, de Verdi, en el Gran Teatro de Córdoba, recibe con intensos aplausos al director Carlos Domínguez Nieto tras su polémica salida de la dirección musical de la Orquesta de Córdoba
El público cordobés redime con entusiasmo al director Carlos Domínguez Nieto
Por José Amador Morales
El ya ex director titular de la Orquesta de Córdoba ha asumido la dirección de las funciones de Aida de Verdi con las que se celebran el 150 aniversario del Gran Teatro de Córdoba, unas funciones dedicadas por otra parte al gran tenor cordobés Pedro Lavirgen fallecido el pasado 2 de abril. Era la primera vez que el director madrileño dirigía la orquesta cordobesa tras la ruptura inmediata de su contrato hace unas semanas por parte de la gerencia de la misma, sin dar explicaciones concretas ni al propio interesado ni, sobre todo, al público y abonados.
Sin embargo, cuando en la tarde de ayer Carlos Domínguez Nieto se dirigió al público tras aparecer en el foso para hacerse cargo de la función operística, los aplausos comenzaron a extenderse más allá de lo habitual y a incrementarse en intensidad hasta que se sucedieron las aclamaciones que por más de un minuto obligaron al director a saludar varias veces. Una reacción por parte del público que indudablemente debe entenderse como un claro respaldo al trabajo que Domínguez Nieto ha venido desarrollando en los cinco años que ha estado al frente de la Orquesta de Córdoba. Al final de la función fue de nuevo largamente ovacionado tras una lectura extraordinaria de la Aida verdiana, siendo el gran triunfador de una ópera con la que se despide del público cordobés con el honor que le fue negado en los despachos.
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