Con la tanda de representaciones de I Puritani que actualmente se desarrollan en la Staatsoper de Viena, el barítono malagueño Carlos Álvarez celebra los veinte años de su primera actuación en este mismo teatro, allá por 1995 con el Figaro de El barbero de Sevilla. La Ópera de Viena es con diferencia el teatro en el que Álvarez ha cantado más roles y en más ocasiones. No en vano en 2007 Álvarez recibió el título de Kammersänger que honra a los solistas más destacados y queridos por el teatro vienés. “Venir a trabajar no es sólo el hecho de cumplir con el requisito laboral, sino tener la posibilidad de poder disfrutar de un ambiente de trabajo que me gusta mucho y realmente es como venir a casa”, declaraba recientemente Álvarez a la Agencia Efe, añadiendo que este teatro para él "significa más que un teatro. Es, con diferencia, el teatro donde más he trabajado, donde más papeles he realizado y cuando llego aquí, desde el portero hasta la dirección tienen un trato afable, se alegran de verme”.
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