Crítica del concierto ofrecido por Capella de Ministrers en el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza
Diversidad musical de la ruta de la seda
Por José Antonio Cantón
Úbeda, 8-XII-2024. Auditorio del Hospital de Santiago. XXVIII Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza (FeMAUB). Grupo musical Capella de Ministrers. Director: Carles Magraner. Recreación musical de la Ruta de la Seda.
Uno de los logros del violista y musicólogo valenciano Carles Magraner ha sido, entre su amplio catálogo discográfico, el programa dedicado a la Ruta de la Seda desde su presentación hace doce años y que llegó a grabarse el año 2017, obteniendo un éxito de crítica y público que perdura desde entonces. Significaba una asignatura pendiente del FeMAUB en los contenidos de su programación hasta encajar en la orientación general de la edición del presente año que ha tenido por lema Peregrinajes, con el que se ha pretendido ofrecer la cautivadora misión de la música en las grandes rutas de comunicación a lo largo de la historia. Como concierto de clausura del Festival, la presencia de la Capella de Ministrers con su director y fundador al frente luciendo la belleza de su contenido, ha dado el realce esperado a tan singular ocasión.
Dividido en varias partes, el programa ha ido mostrando el contenido musical del trayecto desde China (Zhongguo, traducido Nación o país del Centro) al Mar Mediterráneo, entendido como cuna de la civilización occidental, singularizada inicialmente en el imperio romano de oriente. Así hay que subrayar las intervenciones más significativas empezando por el primer apartado, Serinda o la Tierra de los Seres, que con tres piezas nos acercaban a Estambul como primer recorrido. La segunda fue La llegada de al-Andalus, destacando la belleza del recitado El collar de la paloma del sabio historiador andalusí del siglo XI Ahmad Ibn Hazm.
El siguiente grupo de piezas, De Bizancio a Italia, recordaba a Marco Polo, siendo muy interesante el saltarello italiano, La toscana, recogido en un manuscrito italiano del siglo XIV de la British Library, en el que se pudo apreciar el conjuntado dinamismo de los siete instrumentistas del grupo desarrollando individualmente su dominio de la improvisación, aportando a la interpretación su diversa identificación con tal danza desde el universo tímbrico particular de sus instrumentos. En este sentido fueron destacadas las intervenciones de Aziz Samsaoui con el salterio (qanun), dominando desde su función polifónica el tejido armónico que sustentaba las líneas melódicas de la obra, y el percusionista Pau Ballester impulsando siempre con especial dinamismo su discurso. La influencia bizantina en las grandes ciudades del norte de Italia quedó patente en la siguiente parte, De Bizancio a Italia, como se manifestó en la anónima alabanza Perla mya cara conservada en la Biblioteca Nacional de Francia y en la sustancial pieza Vernans rosa cuyo manuscrito del siglo XIV se conserva en Florencia.
Con la denominación Cantigas de sederos y judíos conversos, penúltimo capítulo del programa, Capella de Ministrers entró con lucimiento en la Cantiga de la Seda del siglo XIII y décimooctava del Códice Rico conservado en la Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, especialmente atractivo por la voz de la soprano Èlia Casanova, por su particular forma de estilizar el canto llano. Por último, una danza tradicional de Tracia, Mandilatos, abría la última parte del concierto que estaba dedicado a La Corona de Aragón, con el sufragio litúrgico perteneciente a El Canto de la Sibila, Al jorn del judici, que se ha llegado a cantar en la Catedral de Valencia, destino último de tan imponente viaje, muy adecuadamente pensado para poner fin a este milenario trayecto musical, determinando a su vez los últimos sones del Festival.
Los intervinientes en el concierto funcionaron con admirable soltura técnica y compromiso artístico, destacando por sus aportaciones personales a un programa que conocen a la perfección hasta el punto de propiciar manifiestamente un patente enriquecimiento de su contenido que se repite e innova en cada uno de sus montajes, hecho que le lleva a ser tenido como uno de los mejores trabajos del amplísimo repertorio de la Capella de Ministrers y de las dotes musicológicas de su fundador, Carles Magraner, como ejemplo, en este caso, del diálogo permanente de las culturas a través de la música que se ha dado siempre desde las épocas más pretéritas.
Foto: Jesús Delgado Martínez
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