Una entrevista de Aurelio M. Seco | @AurelioSeco
Bruno Aprea es uno de los grandes maestros italianos de la dirección de orquesta. Muy relacionado con España, donde acude con frecuencia a dirigir y ofrecer sus muy valoradas clases magistrales, Aprea es heredero directo del arte de Franco Ferrara, mítico director, grande entre los grandes. Los próximos días 24 y 25 de marzo está en Madrid para ofrecer una serie de clases magistrales en el Centro Superior Katarina Gurska, en un curso organizado por el director de orquesta español Borja Quintas, destinado a los alumnos de su master de dirección sinfónica instrumental y vocal y que cuenta con la participación de la Orquesta de la Academia de Dirección del centro. Aprea volverá a España en septiembre para formar parte del Curso para Pianistas, Directores y Joven Orquesta Leonesa, que la Fundación Eutherpe tiene previsto ofrecer durante el verano en la ciudad de León.
¿Qué personas han sido fundamentales en su trayectoria?
Quienes dejan las más profundas huellas en nuestra alma no siempre son personas famosas y aclamadas. He tenido encuentros en mi vida con personas no "exitosas" que me han iluminado a lo largo de todo mi camino. Ahora estoy fascinado por un personaje que en su vida fue "gris" y aparentemente inexistente: Fernando Pessoa.
¿Estudió con Sergiu Celibidache?
No, sólo toqué un concierto de Mozart bajo su dirección. Cuando le dije que estaba estudiando con Franco Ferrara, me invitó a seguir sus cursos de dirección, pero nunca me uní a él porque temía la influencia que la enorme fascinación de su personalidad podría ejercer sobre mí. Celibidache podría haberme influido hasta el punto de convertirme en un imitador aburrido. Franco Ferrara era otra cosa. Lo opuesto al hedonismo. El absoluto de la esencia musical. Inimitable. El más grande. Una lección de la "moralidad de la música".
Sí estudió con otro de los grandes mitos de la dirección, Franco Ferrara. ¿Era su oído tan perfecto? ¿Qué tipo de persona era Ferrara? ¿Se conocen tan pocos aspectos de su vida y personalidad?
Ferrara, fuera del podio, era una persona sencilla, tímida, casi temerosa. En contacto con la música se convirtía en otro ser, en una verdadera fuerza de la naturaleza. No pudo realizar una actividad normal como director de orquesta porque, en algunas ocasiones, un bloqueo nervioso lo hizo desmayarse en los momentos de mayor tensión musical, cayendo como un cadáver y muy peligrosamente sobre la orquesta.
En Italia, las personas que han podido verle dirigir siempre han afirmado que él era el más grande de todos. Y ésta fue también la opinión de Karajan, Celibidache y Bernstein. Y también fue la opinión de dos o tres generaciones de jóvenes directores que han estudiado con él.
Debo decir que tengo la suerte de poseer en propiedad el cronómetro con el que Franco Ferrara seguía nuestras pruebas en la Accademia Chigiana en Siena. (Ver foto más abajo)
Hábleme de su padre, Tito Aprea. ¿En su opinión está considerado en Europa como debiera su trabajo?
Mi padre nunca ha querido convertirse en una "estrella" internacional. Hizo una carrera muy noble pero nunca quiso sacrificar totalmente su vida privada y familiar persiguiendo el éxito. Debo decir que incluso hoy siento una gran admiración por esta actitud.
Si no me equivoco, usted ha sido muy importante en la formación de uno de los directores españoles de mayor talento del presente, Ramón Tebar.
Ramón es un músico global: excelente pianista y director. Después de estudiar varios años conmigo en la Fundación Eutherpe en León y en Italia, fui feliz de haberle brindado la primera oportunidad profesional tomándolo como mi asistente a la Palm Beach Opera. Después de esto, comenzó a volar con sus propias alas.
Usted suele dirigir con cierta frecuencia en Rumanía donde, por cierto, próximamente dirigirá a otro de los grandes artistas españoles de la actualidad, el pianista Josu de Solaun. ¿Hábleme de su relación artística?
Josu de Solaun es uno de los mejores pianistas que conozco. De hecho, él es uno de los mejores músicos que conozco. De hecho, él es uno de los mejores hombres que conozco. Naturalmente, la relación entre nosotros es la que existe entre padre e hijo. Pero no sé exactamente quién es el padre y quién es el hijo. Y a menudo me sucede que me hace sentir a mí como a su hijo. Ante tal profundidad de pensamiento y espiritualidad, el aspecto técnico del pianismo es secundario y fácil de definir: ¡es un "monstruo" de bravura!
Son muy conocidas sus clases magistrales en León, en colaboración con la Fundación Eutherpe. Hábleme de su relación con esta institución.
Con Margarita Morais tengo una relación de gran afecto y respeto mutuo desde hace varias décadas. Durante 15 años, mi cita durante el verano para impartir clases magistrales de dirección de orquesta en León es mi compromiso más preciado. Además ella representa para mí la garantía más absoluta para esa otra gran cita: cuando en frente de San Pedro sea juzgado por mi comportamiento en esta vida. Entonces, mientras él, inseguro, me mire a los ojos, me apresuraré a decir: “Pero siempre he sido un gran amigo de Margarita “ Entonces las puertas de los cielos más claros se abrirán para mí. Y eso a pesar del hecho de que a ella, religiosa, le he ofrecido muchas veces una pizza "a la diavola". La única que te gusta.
Dicen de usted que es uno de los mejores diagnosticadores de talentos que existen. Que con sólo echar un vistazo a un estudiante sabe si tiene talento, si es demasiado vanidoso, superficial, interesante. ¿Qué defectos suelen tener según su experiencia los jóvenes estudiantes de dirección orquestal?
En mi vida como profesor, tuve más de 500 estudiantes en Italia, España y los Estados Unidos. Muchos de ellos son hoy directores famosos y estoy orgulloso de ellos, pero no puedo mencionarlos porque sería injusto con los demás. Pero puedo decir que en España, además de los que ya tienen una carrera espléndida, hay más de una docena que no hacen nada porque el sistema de agencias musicales y el consumismo no los necesitan. Sin embargo, podrían, ya hoy, competir con muchas de las estrellas internacionales más aclamadas de la dirección de orquesta.
Un consejo.
Para mí, todas las actividades musicales no pueden ser independientes de una cosa, la más importante: "cantar", no con la voz, sino hacia adentro cada nota. Con conciencia y pasión "cantando" interiormente y siempre, fraseo, expresión, melodía, ritmo, armonía, color, timbre. Que ningún director se quede nunca fuera de la música simplemente haciendo el "controlador". Pero para hablar de todo esto he preparado un libro que se lanzará en Italia a finales de marzo: "Sette brevi lezioni di Musica", se titula. No es un libro simple porque trata de combinar las experiencias de la vida con la música en un lenguaje entre metafísico y metafórico ¡Creo que tenemos que empezar a pensar en una traducción al español!
Foto: María Díez
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