Crítica: Asher Fisch dirige «La forza del destino» de Verdi en Bolonia

La belleza de la música

Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 17-VI-2023. Comunale Nouveau. La forza del destino [Giuseppe verdi / Francesco Maria Piave y Antonio Ghislanzoni]. Erika Grimaldi [Donna Eleonora], Gabriele Viviani [Don Carlo di Vargas], Roberto Aronica [Don Alvaro], Rafal Siwek [Padre Guardiano], Sergio Vitale [Fra Melitone], Nino Surguladze [Preziosilla], Orlando Polidoro [Mastro Trabuco], Cristian Saitta [Il Marchese di Calatrava], Federica Giansanti [Curra], Fabrizio Brancaccio [Un Alcade], Tong Liu [Un chirurgo]. Coro y Orquesta del Teatro Comunale. Director de escena: Yannis Kokkos. Director musical: Asher Fisch.

   Verdi, encargado por el zar de escribir una ópera, escogió el argumento del drama romántico de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, Don Álvaro o la fuerza del sino. Estrenada en el Teatro Imperial de San Petersburgo el 10 de noviembe e 1862, narra la historia de un amor prohibido trastocado por el hado en un ambiente de la aristocracia española del siglo XVIII donde el amor, la venganza, la religión y la guerra se suman en un imponente conjunto. Verdi no estaba satisfecho de esta versión y la revisó textual y musicalmente con la ayuda de Antonio Ghislanzoni. La segunda versión se representó en el Teatro alla Scala el 27 de febrero de 1869 y es la escogida por el Teatro Comunale, donde el autor deja sobrevivir a Don Álvaro y añade como preludio una magnífica sinfonía. A pesar de ello la ópera abunda de escenas poco relevantes e inconexas, que en nuestra opinión se habrían podido suprimir para aligerar la larga versión integral que se nos ha ofrecido. 

   Esta nueva producción del Teatro Comunale con el Teatro Regio de Parma, el Massimo de Palermo y la Ópera de Montpellier se vale de la dirección de Yannis Kokkos, que firma también la escenografía y el vestuario. Ha tenido que adaptar el montaje a las condiciones del escnario del Nouveau y por ello la escenografía es sencilla, confiada sobre todo a las proyecciones de Sergio Metalli. Son de reseñar la bella iluminación de Giuseppe Di Iorio y las coreografías de Marta Bevilacqua.

   Musicalmente la ópera es magnífica y se ha beneficiado además de  la óptima dirección de Asher Fisch, con una batuta ágil y mesurada que subraya la melodía al servicio de la tensión dramática. Magnífica su concertación en la grandiosa obertura y en las escenas con el coro, seguido por una orquesta concentrada que ha demostrado una vez más su elevada competencia. Perfectamente calibrado el acompañamiento de los cantantes sin superar sus voces. Excelente la prestación del coro, preparado por Gea Garatti Ansini. 

   El reparto fue de buen nivel. Erika Grimaldi, una soprano sensible, mostró gran desenvoltura escénica en su Eleonora, una voz plena, bien proyectada, con gran agilidad en los ascensos y una impecable resolución de la coloratura. El duo con Don Álvaro fue de un lirismo emocionante y estuvo magnífica en su aria del cuarto acto «Pace, pace, mio Dio» recibiendo ovaciones. Gabriele Viviani es un barítono con robusta emisión y sólida proyección que bordó Don Carlos de Vargas y brilló en «Urna fatale». Roberto Aronica afrontó sin problemas el difícil rol de Don Álvaro con su voz de buen timbre, logrando dibujar eficazmente el personaje. Nino Surguladze fue una magnífica Preziosilla, óptima actriz con buena línea de canto. El Padre Guardiano de Rafal Siwek apareció místico y con autoridad, con una voz de bajo oscura y bien proyectada, mientras Sergio Vitale encarnó un Fra Melitone que, junto a su buen canto, exhibió una amena presencia escénica. Magnífico el duo entre los dos frailes. Cristian Saitta, el Marqués de Calatrava, desencadena la tragedia con su muerte. Óptima también la prueba de los comprimarios: Orlando Polidoro como Mastro Trabuco, Federica Giansanti, Curra, Fabrizio Brancaccio y Tong Liu como un Alcade y un Chirurgo respectivamente. Al final aplausos y ovaciones, en especial para Erika Grimaldi y Gabriele Viviani. 

Fotos: Andrea Ranzi