La Galería Musical Arévalo concluye la restauración de uno de los instrumentos de teclado más originales: la armoniola. La restauración responde a un encargo realizado por Benjamín Alba, un empresario de Tineo, propietario del Hotel Palacio de Merás
La Voz de Asturias (Lunes, 17/5/10)
La Galería Musical Arévalo acaba de concluir uno de los trabajos de restauración más laboriosos de su trayectoria profesional. Tras cuatro meses de reparación, Jesús Arévalo y Jesús Ángel Arévalo, padre e hijo, acaban de dejar como nueva una armoniola, un instrumento muy particular, de origen norteamericano, a medio camino entre una pianola y un armonium. Jesús Ángel Arévalo es uno de los músicos más respetados del Principado de Asturias. A parte de su dilatada trayectoria como músico, también trabaja como afinador de pianos y restaurador de instrumentos de teclado. "Pertenezco a la tercera generación de restauradores de instrumentos. Tanto mi tío, que trabaja en León, como mi padre, con quien colaboro en nuestra tienda de Oviedo y el taller de Colloto, atesoran muchos años de experiencia. Hay dos facetas de mi vida que comparto con idéntica pasión: por un lado está mi vertiente como intérprete y compositor y, por otro, mi trabajo como técnico afinador de pianos y restaurador de todo tipo de instrumentos de teclado". En Asturias, Arévalo hijo lleva el mantenimiento y afinación de los pianos de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, la Avilesina y de la Obra Social de Cajastur, aunque su trabajo también es apreciado por algunas de las salas más prestigiosas del país, como el Palacio Euskalduna de Bilbao, con quien colabora con frecuencia. Cuando se juntan en la misma familia dos técnicos de tanta experiencia, pocas cosas pueden llegar a sorprenderles en el terreno de la organología. O por lo menos era así hasta que, hace un año, llegó a su taller de Colloto uno de los instrumentos más peculiares y originales que habían visto hasta la fecha. "Tanto mi padre como yo nos quedamos muy sorprendidos, porque nunca habíamos visto algo tan especial. Es un instrumento muy extraño. Ni siquiera mi padre, con 72 años, se había encontrado nunca con algo parecido. No creo que exista otro instrumento igual en Asturias".
El instrumento en cuestión es una armoniola, un instrumento de teclado a medio camino entre el armonium y la pianola, como explica el propio Jesús Arévalo: "Tiene algo del armonium de lengüetería, porque el sonido se produce exclusivamente por medio de lengüetas, pero también posee el sistema de las pianolas, que consiste en proporcionar aire por medio de pedales hasta que un rollo hace funcionar todo el mecanismo, que es de carácter aspirante. Es un instrumento de transición entre la pianola y el armonium". Gracias a este mecanismo tan complejo, la armoniola puede sonar de las dos formas: de manera autónoma, como cualquier pianola a la que se le añade el habitual rollo de música; o a través de un organista-interprete que lo toque de forma manual, al estilo de cualquier armonium. "Otro aspecto interesante, -prosigue Jesús Arévalo- es que posee 7 juegos completos de lengüetas con sus correspondientes combinaciones, lo que permite al intérprete manejar 22 registros o tiradores diferentes. Esta cualidad lo convierte en un instrumento excepcional".
La armoniola, de la marca Symphony, fue construida en Estados Unidos en 1870. "La fecha estaba escrita en el interior, y sólo pudimos apreciarla tras los primeros trabajos de restauración", explica Jesús Ángel Arévalo, que con la ayuda de su padre ha dedicado nada menos que cuatro meses a la reparación de un instrumento tan raro como complejo. "Es un instrumento muy polifacético y extraño que, seguramente, serviría para usos litúrgicos, pero también domésticos. Por desgracia, tenía una restauración previa mal hecha, lo que nos dificultó todavía más el proceso", añade Arévalo hijo. Y ¿cómo es su sonido? "Suena como un armonium pero mucho más poderoso. Tiene mucho más cuerpo, porque es un instrumento bastante alto. Las lengüetas son enormes y de máxima calidad, lo que le proporciona un sonido grande, noble y poderoso. También posee un motor neumático que mueve los rollos de papiro agujereados. No son los habituales rollos de pianola, sino específicos para este caso. Es el eslabón perdido entre la pianola y el armonium", concluye Jesús Ángel. La restauración responde a un encargo realizado por Benjamín Alba, un empresario de Tineo, propietario del Hotel Palacio de Merás. "El instrumento pertenece al museo del palacio. Los Arévalo hemos tenido que superar un reto profesional por las dificultades que su restauración entrañaba, en un instrumento de más de 120 años de existencia". El tiempo y trabajo que padre e hijo han tenido que dedicarle no siempre se puede pagar con dinero. "Por todo ello, con el debido respeto a don Benjamin, un ruego: Al ser un instrumento tan excepcional y hermoso, que nunca salga de Asturias", concluye el padre.
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