La Voz de Asturias (Domingo, 5/12/10)
Lugar: Auditorio de Oviedo; Fecha: 3 de diciembre de 2010;Ciclo: Temporada de la OSPA
FULGURANTE DEZSÖ RÁNKI
El segundo concierto de abono de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias tuvo como aliciente la presencia del fulgurante pianista húngaro Dezsö Ránki, que ofreció una preciosa interpretación del "Concierto para piano y orquesta nº 3" de Bartok. Ránki es un artista ejemplar al que es un placer oír porque, a pesar de su gran prestigio internacional, afronta cada concierto con el máximo interés. La obra de Bartok no es de lo mejor que se haya escrito para piano y orquesta, pero en su singularidad hay una cierta transparencia, vertical y contumaz muy atractiva. La ejecución fue magnífica, a pesar de un acompañamiento orquestal que estuvo lejos de ajustarse como un guante. Anu Tali demostró conocer la partitura, pero en el escenario, el que parecía tener el control de la obra era el pianista. Quizás por ello, la comunión existió sólo a un nivel superficial. Resulta preocupante cómo se está llevando el proceso de selección del próximo titular de la OSPA, que habría que calificar, como mínimo, de imprudente. Dejar a una orquesta durante todo un año sin titular, habida cuenta de los problemas que arrastra el conjunto asturiano, ha sido una decisión muy arriesgada, que esperemos salga bien. El año que la Filarmónica de Málaga hizo algo parecido, la entidad perdió abonados y, el maestro elegido, no parece que vaya a poder solucionar los problemas musicales del conjunto andaluz. En Asturias, el método del comité de expertos tampoco ha dado muy buenos resultados, a la vista de la poca adecuación de varios de los candidatos. Alguno de ellos ha tenido la inteligencia de desmarcarse en público de la lucha por la titularidad, al resultar evidente que, su inclusión, es demasiado forzada. Existe preocupación en el contexto musical del Principado, porque entre todos los maestros seleccionados, ni son todos los que están, ni están todos los que son. Anu Tali posee un cierto talento musical. Su versión de la Sinfonía "Júpiter" de Mozart resultó algo brusca, sometida a una tensión que, aunque quizás pretendía una cierta contundencia expresiva, generó una imagen borrosa de la obra. El primer movimiento resulto más efectista que refinado; el segundo, realmente decepcionante, si tenemos en cuenta la belleza del fragmento. Tali derrochó una carga gestual excesiva que, aun siendo efectiva a nivel rítmico, no siempre supo acompañar del contenido oportuno. Sin duda motivó a los músicos, pero de manera superficial, optando por una articulación sonora a la que le faltó experiencia y profundidad.
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