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Crítica: Recital de Antonii Baryshevskyi en Bolonia en un «Concierto por Ucrania»

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Autor: Magda Ruggeri Marchetti
25 de octubre de 2022

Recital de Antonii Baryshevskyi en el Auditorium Manzoni de Bolonia por Ucrania

Antonii Baryshevskyi

Un joven talento

Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia. Auditorium Manzoni 20-X-2022. Associazione “Conoscere la musica”. Toccata en mi menor BWV 914 de Johann Sebastian Bach. Sonata en mi mayor K 380, Sonata en si menor K 87 y Sonata en re mayor K 96 de Domenico Scarlatti. Sonata n.º23 en fa menor Op.57 “Appassionata” de Ludwig van Beethoven. Angel de Maxim Shalygin. Estudios sinfónicos, op.13 de Robert Schumann. Pianista: Antoni Baryshevskyi.

   Antoni Baryshevskyi nació en Kiev en 1988 y empezó a tocar el piano con seis años. A los dieciséis recibió el premio “A Man of the Year 2005” de su país. Ganador de numerososos premios en importantes concursos internacionales, en 2014 fue invitado por Marta Argerich a exhibirse en el “Festival Progetto di Lugano”. Ya en 2011 la famosa pianista había dicho que el joven ucraniano tenía algo especial, un talento excepcional. Invitado en muchos festivales, se ha exhibido en numerosas salas de concierto europeas y estadounidenses, en recitales y con importantes orquestas dirigido por grandes directores, y ha efectuado grabaciones para varias emisoras radiofónicas y televisivas en Italia, Dinamarca, España, Ucrania y Serbia. Su primer CD es de 2010, seguido de otros hasta hoy. 

   Su recital en Bolonia había sido programado hace un año, pero, residente en Kiev, su agenda se ha visto interrumpida por la guerra y los bombardeos, refugiándose en los túneles del metro. A mediados de marzo ha conseguido salir de la ciudad buscando refugio en Leopoli y finalmente en Holanda gracias a un pasillo humanitario. Habiendo logrado reunirse con su esposa, vive en Amsterdam, donde en julio ha nacido su hijo. Con esta nueva estabilidad ha podido retomar su actividad concertística y Bolonia ha sido la primera etapa de su tournée italiana, pero sin olvidar a su país a cuyo pueblo destina la recaudación con la colaboración de ActionAid

   La velada comienza con la Toccata en mi menor de Bach, escrita en 1708 cuando el autor tenía veintitres años. El pianista muestra de inmediato su habilidad pasando desde el movimiento lento, meditativo, al rapidísimo, ofreciendo un magnífico sonido.

   Acomete después tres Sonatas de Domenico Scarlatti, empezando con la más popular en mi mayor K380, sin duda una de las más celebres de la producción scarlattiana. Su estructura típicamente barroca está transfigurada en verdadera poesía. Las tres escogidas para este recital son magníficas, pero la última en re mayor K96 tiene un excepcional virtuosismo compositivo que el pianista ucraniano subraya, impresionando con su gran técnica y con un continuo cruce de manos de gran efecto.

   Escuchamos a continuación la famosa “Appassionata” de Beethoven, escrita entre el verano de 1804 y los primeros meses de 1805, pero publicada solo en 1807. Está dedicada al conde Franz von Brunswick, hermano de Therese a la que se considera como la amada de Beethoven en virtud de las cartas escritas por el propio compositor. Dos temas se alternan: el primero en el primer movimiento Allegro assai que transmite una agitación que se resuelve en serena esperanza, mientras el segundo movimiento Andante con moto es una de las páginas más bellas escritas por el compositor para piano. El Allegro ma non troppo final es rico de brillantes virtuosismos que Baryshevskyi exalta con técnica excepcional y gran pasión. 

   En la segunda parte de la velada escuchamos una página del compositor ucraniano Maxim Shalygin, Angel, compuesta en 2020, que transmite una profunda tristeza. Aunque todavía no había empezado la guerra, el autor seguramente sentía ya la incumbente amenaza rusa anunciada con la ocupación de Crimea y los conflictos en el este del país.

   Como conclusión el pianista ha propuesto Estudios sinfónicos, op.13 de Shumann, compuestos entre 1834 y 1856 y ejecutados en Leipzig el 13 de agosto de 1837, en un primer momento con el título de Studi in forma di variazioni. El tema no es del compositor sino del barón von Fricken, padre de su novia en aquel momento, antes de conocer a Clara Wieck que sería su esposa. La composición de la obra tal como la conocemos hoy fue larga y atormentada al tener entrada otros temas característicos suyos surgidos de su mundo interior. Baryshevskyi ha sabido subrayar la alternancia continua de atmósferas diversas, desde la dolorosa belleza de la primera variación a las más intensas y apasionadas con un refinamiento tímbrico que estalla con un contraste aún más amplificado al final.

   El público, que ha apludido y ovacionado al pianista en cada pieza, ha abandonado la sala solo después de haber obtenido tres bis.

Foto: Comunale de Bolonia

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