Por Óscar del Saz
Madrid, 9-X-2017. Teatro de la Zarzuela. La voz y el poeta: homenaje a Lorca. Recital de Ainhoa Arteta (Soprano) y Rubén Fernández Aguirre (Piano). Obras de Federico García Lorca (1898-1936), Xavier Montsalvatge (1912-2002), Jesús García Leoz (1904-1953), Antón García Abril (1933), Manuel García Morante (1937-) y Miquel Ortega (1963).
Fue en 1931 cuando Federico García Lorca fundó la compañía teatral "La Barraca", formada por estudiantes universitarios, dispuesto a dar a conocer el teatro español en ciudades y pueblos que no tenían acceso a ese tipo de espectáculo; de hecho, el propio Lorca actuó en algunos de ellos. En sus obras, el autor siempre usa un lenguaje poético en el que se conjugan poesía y realidad. Con esos ingredientes, el poeta granadino emociona al público utilizando unos códigos muy personales, con los que presta una atención especial al mundo interior femenino,la frustración amorosa o el amor imposible. Además, es usual en sus obras el detener el desarrollo argumental para introducir elementos líricos en forma de canciones o con la incursión de pequeños poemas y también el uso de la danza.
Casualmente es este modelo el que, a nuestro entender, se replica con gran acierto en este recital de la sopranoAinhoa Arteta(que ya lo ha paseado por diversos escenarios durante estos dos o tres años atrás), y que gira en torno a los textos de Lorca. Para completar el espectáculo y convertir el recital en un relato escénico integral se añaden a la danza, encarnada por la bailaora Pilar Astola, singulares elementos decorativos (sobre una silla, descansan un traje y un capote de torero), cambios en la iluminación y otros efectos escénicos, así como los cambiosde vestuario, peinado y maquillaje de la artista que refuerzan las diferentes atmósferas de la dramaturgia del espectáculo.
Abren la primera y segunda parte del recital sendas selecciones de las Canciones españolas antiguas de Federico García Lorca (El café de chinitas, Nana de Sevilla, Sevillanas del siglo XVIII, Anda, Jaleo, Los cuatro muleros, Zorongo), donde es difícil imaginar –del pasado o del presente vocal español- que alguien pueda sacarles tanto partido vocal, actoral, gestual, y de intención como Ainhoa Arteta (incluso aunque se prescindiera del valor añadido que aporta la bailaora que interpreta al alimón alguna de ellas), en compañía de su eficiente acompañante Rubén Fernández Aguirre.
En el universo Antón García Abril, decir el texto es el secreto. Destacaron las interpretaciones del poema titulado Zorongo, cantandocon los ojos de esa forma tan descriptiva la frase (que se repite) “lo que valen son tus brazos”, así como aplicando esos meritorios crescendos -desde el pianísimo a la voz plena- en la Baladilla de los tres ríos. Al terminar este grupo de canciones, la cantante citó hasta el borde del escenario al maestro García Abril, que se encontraba presente en la sala, y ambos saludaron al complaciente público.
En este recital, el escenario nunca queda vacío, y como contrapunto a la voz cantada, se escucha en la primera parte “La sangre derramada”, del Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, recitado por otra voz inconfundible, la de Paco Rabal, acompañándola con evoluciones con el capote la bailaora Pilar Astola. Asimismo, en la segunda, se incorpora “Leonardo y la novia”, de Bodas de sangre, recitado por Rafael Alberti.
El compositor catalán Manuel García Morante, que también se encontraba entre el público del Teatro de la Zarzuela, y al que también aludió la cantante, proporciona el tercer bloque de canciones para la primera parte. En Canción de la madre del Amargo, la soprano torna su interpretación declamada y, a propósito, sobreactuada. En La Lola, hace gala de su perfecta dicción, perfilada línea de canto y fraseos.
Con el tríptico de canciones de Jesús García Leoz, acaba la primera parte. Autor que se puede encuadrar bajo el paraguas del folclore típico español, con composiciones alegres, apasionadas y ensoñadoras, compuso música coral, para piano, para piano y violín, y realizó -sobre todo- música para el cine. Son muestras de su arte De Cádiz a Gibraltar y A la flor, a la pitiflor, ambas quintaesenciadas en su momento por la soprano Pilar Lorengar. En esta ocasión, nuestra artista acentúa el lado más folclórico de las canciones, poniendo mucho énfasis en la intencionalidad interpretativa, que unida a la belleza vocal, hace subir muchos enteros las mencionadas obras.
En la segunda mitad de la segunda parte, se interpreta de forma magistral, y escenificada como si la soprano fuera una traviesa niña (y pensando en sus propios hijos, como comentó ella misma),con esa facilidad para interpretar sólo con la mirada, un grupo de canciones para niños compuestas en 1953 por Xavier Montsalvatge, de la que destacamos, por su intencionalidad Canción china en Europa.
Para finalizar, Arteta concluye magistralmente el recital con tres canciones compuestas por Miquel Ortega. Como compositor, posee unos importantes ciclos de canciones que han sido interpretadas y grabadas por algunos de nuestros mejores cantantes. Así mismo, ha estrenado una ópera coral titulada La casa de Bernarda Alba y, entre otras obras, el ballet Bestiario. En esta ocasión, Ainhoa Arteta interpreta las canciones tituladas como Memento, Romance de la luna, luna y La canción del jinete, de potente fuerza melódica nacida de la naturalidad de un texto rotundo y pasional como es el de Lorca.
Como remate de la velada, la soprano ofreció cuatro propinas: “De España vengo”, de la zarzuela El niño judío, de Pablo Luna, dejando dicho por ella misma que “yo soy española”; la nana Aurtxoa Seaskan, de Gabriel Olaizola para significar, según palabras de la soprano, que “los vascos siempre han estado donde está España”; El cant dels ocells, canción popular catalana (arreglo del maestro García Morante), como guiño a la especial situación catalana; y como broche y, para alborozo del público, interpretó “La tarántula é un bicho mú malo” de La tempranica, de Gerónimo Giménez, perseguida por la bailaora Pilar Astola, que hizo que en plena interpretación Ainhoa Arteta escapase de sus tentáculos arrastrándose por debajo del piano.
En este maravilloso y escenificado recital, la espléndida voz de la soprano Ainhoa Arteta se puso de forma primorosa al servicio de los textos de Federico García Lorca con músicas de diversos autores españoles, todos bien distintos, para ofrecer un espectáculo especial y diferente que pretende celebrar sus 25 años de triunfos sobre los escenarios. Como se ha comentado, forma parte indisoluble de dicho concierto la interacción y las positivas sinergias entre el perfecto maridaje cantante-pianista y la plasticidad del baile.
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