De la mano de
Christian Thielemann, el Festival de Pascua de Salzburgo presenta aires renovados y ofrece un programa extraordinario de conciertos, con el estreno de una nueva producción de
Parsifal en el
centro de su agenda. En su edición de 2013, Thielemann asume el cargo de director artístico del Festival de Pascua de Salzburgo por vez primera, sustituyendo a Rattle e incorporando a su orquesta, la Staatskapelle de Dresde como formación residente, reemplazando a la Filarmónica de Berlín. El mismísimo
Herbert von Karajan creó este Festival en 1967, como escaparate para la gran orquesta berlinesa, y como contrapeso al dominio de la Filarmónica de Viena en el Festival de Salzburgo en verano. El relevo de Rattle y los berlineses en el cartel residente del Festival fue resultado de dos amargas polémicas. La primera relativa a un proceso por apropiación indebida de fondos públicos, con intento de suicidio incluido. Más tarde, se abrió un nuevo frente entre la dirección del festival, que demandaba más representaciones operísticas y Rattle y sus filarmónicos, que no estaban por la labor de ese acuerdo. Así las cosas, Thielemann y su dorada formación de Dresde nos permitirán disfrutar estos días de un
Parsifal de ensueño, interpretado por la orquesta de la que el propio Wagner fue director musical y a la que llamaba Wunderharfe o Wonderharp.
Thielemann, que fuera en sus comienzos asistente musical de Karajan, sin ir más lejos en el
Parsifal que se vio en este festival en la Pascua de 1981, se impone ya, pues, como un maestro de labor histórica, en la senda de los
Furtwängler,
Karajan y compañía, vistos sus trabajos en Viena, Baden-Baden, Dresde, Berlín, Bayreuth o Salzburgo.