Un reportaje de Agustín Achúcarro.
Concierto participativo: El Mesías de Händel. “Un oratorio entre el valor de lo social y lo musical”.
“En el caso de este Mesías la filosofía no se basa en hacer una obra perfecta musicalmente, sino el que una serie de coros aficionados tengan la posibilidad de cantar con una orquesta sinfónica profesional”. “Conseguir que mucha gente, en torno a 350 personas, que normalmente no tiene la ocasión de vivir este tipo de experiencias, sientan ese pálpito, esa emoción de cantar una gran obra con la Sinfónica de Castilla y León y un director como Spinosi”. Así presenta y ve Jordi Casas, el director encargado de preparar a las masas corales, El Mesías de Händel que se interpretará en el Auditorio de Valladolid mañana viernes 23 de diciembre.
Al valor fundamentalmente social que le da Casas suma el que está convencido de que “el nivel musical será más que notable” y que en función del trabajo realizado “se habrá trascendido lo puramente social con una prestación de calidad”.
Un concierto organizado por la Obra social de La Caixa, que se celebra en diversas ciudades de España con diferentes intérpretes, de hecho el propio Jordi Casas ha preparado también a los coros que participaron en El Mesías de Tenerife. En Valladolid, bajo la dirección de Jean-Christophe Spinosi estarán la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, el Coro de cámara Les Éléments, (un coro creado en 1997 en Toulouse con el que Spinosi tiene relación, de hecho recientemente interpretaron El Mesías bajo su dirección y con el Ensemble Matheus), las voces solistas de Sabina Puértolas, soprano, Natalia Kawalek, mezzo, Krystian Adam, tenor, y Christian Senn, bajo, y 11 coros aficionados vallisoletanos: Harmonia, La Enseñanza, Valparaíso, Villa de Íscar, Capilla Clásica, Universidad de Valladolid, Piccolo, San Agustín, Vox Vitae, Audi Nos y Discantus.
En función de estas masas corales se han seleccionado una serie de coros del oratorio para que los interpreten las formaciones vallisoletanas y otros exclusivamente el Coro de cámara Les Éléments. “Es decir, aquellos que poseen muchos pasajes contrapuntísticos o muchas agilidades los interpretarán el coro francés, el coro de escena, pues sería muy difícil conseguir cantarlos de una manera clara con todas las personas de las agrupaciones vallisoletanas, por lo que éstas intervendrán en aquellos coros en los que la articulación es más sólida”, aclara Jordi Casas.
Precisamente su labor se ha centrado en la preparación de esos coros aficionados. “El trabajo ha durado tres fines de semana, sábados por la tarde y domingos por la mañana, con el fin de preparar todo para luego ensamblarlo con la orquesta, y yo me he limitado a que la gente se aprenda la obra”. Una puesta a punto en el que como es obvio Casas no ha sido un mero “maestro repetidor”. “Me he centrado mucho en la pronunciación, en particular en ciertos fonemas que están lejos de nuestro idioma, algo que adquiere aún más importancia cuando se trata de un coro tan masificado, y he cuidado mucho la articulación”. A esto ha añadido el darles algún consejo de carácter interpretativo, advirtiéndoles que “será Spinosi el que tomo la decisión última en el ensayo general”.
Una experiencia que Casas califica como “muy válida”, ya que en la línea del carácter social que tiene “permitirá a mucha gente cantar una obra como El Mesías”, por lo que podrán decir que “un día lo interpretaron junto a la OSCyL y Spinosi”. Un director con el que Casas coincidió en Valladolid en la interpretación de una versión en concierto de El barbero de Sevilla, cuando estaba al frente del Coro de cámara del Palau de la Música. De aquella interpretación de la ópera de Rossini recuerda que “fue muy impactante” y que “Spinosi la imprimió un carácter muy personal”, lo que le hace pensar que “este Mesías será algo especial”, ya que está convencido de que el director francés “es un músico que no deja a nadie indiferente”.
En cuanto a las razones para que hayan alcanzado tanto auge este tipo de interpretaciones de El Mesías, Casas apunta al mundo anglosajón. “En Inglaterra se hizo tan famosa, tan popular, que la gente, a veces,incluso sin mediar ensayo, lo cantaba en las iglesias, y la idea de hacer conciertos abiertos con esta obra, tanto en Gran Bretaña como en Norteamérica, ha cuajado también aquí”.
Isabel Vallinoto, en su condición de contralto y presidenta dela Coral Harmonia, representa la voz de esos aficionados que se unen a ensayar por el mero placer de cantar. “Damos conciertos en Iglesias, en diversos escenarios, pero para un cantante amateur es un privilegio el poder actuar con una orquesta como la OSCyL, un coro profesional y un director como Spinosi, porque supone hacer algo grande, que por nosotros mismos no podríamos realizar”.
Así que si emocionante resulta el momento del concierto -se han agotado las localidades- para Vallinoto no lo son menos los días de ensayo. “Lo que aprendemos con Jordi Casas (él es el responsable de preparar a los coros en los conciertos participativos del Auditorio de Valladolid) es casi un lujo mayor que el propio concierto; y aunque el esfuerzo sea grande, compensa”. En su caso particular es la cuarta vez que interpreta El Mesías, lo que hace que conozca bien los esfuerzos que hay que hacer. “Recuerdo las horas que se echan escuchando grabaciones mientras haces cosas en casa o te trasladas en el autobús, y cómo los fines de semana tienes que posponer todo, viajes, reuniones familiares o de amigos, pues no debes faltar a los ensayos”.
Desde que en el Auditorio de Valladolid se instituyeron los conciertos participativos Vallinoto ha vivido experiencias diversas. “Cuando estás ante un director profesional siempre le recibes con ilusión y con ganas, aunque es una pena que en esta ocasión solo tengamos contacto con él en el ensayo general, ya que ha habido otros conciertos en los que hemos tenido tres días de ensayos seguidos y eso te da tiempo a conocerles un poco, disfrutar de ellos, ver como unos se dirigen poco al coro y otros interactúan mucho con nosotros”, apunta la coralista. En todo caso, para esta contralto “una actuación así es muy enriquecedora”, pues permite “conocer diferentes formas de trabajar”.
Y para ella tienen tal importancia los “Conciertos participativos” que no le caben dudas sobre lo que han supuesto. “Creo que hemos pasado de ser coros individuales a aprender muchas cosas y compartirlas con otros coros, al tiempo que la relación con los músicos de la OSCyL y con diferentes directores nos ha hecho dar un gran salto en cuanto a formación, algo que no hubiera pasado si no hubieran existido este tipo de conciertos”.
Foto: Jesús Garrote
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