FALTÓ DOMINGO
Il Postino (Daniel Catán), Madrid, Teatro Real, 17-7-2013. Leonardo Capalbo (Mario Ruoppolo), Vicente Ombuena (Pablo Neruda), Sylvia Schwartz (Beatrice), Cristina Gallardo-Domás (Matilde Neruda), Nancy Fabiola Herrera (Donna Rosa). Dirección musical: Pablo Heras Casado, Dirección de escena: Ron Daniels. Escenografía y figurines: Ricardo Hernández.
Afirma el compositor mejicano Daniel Catán (1949-2011) en las notas que acompañan al prograrma de mano de esta ópera, que comparte con algunos músicos del pasado el sueño de crear una "Ópera en español" que represente la extraordinaria herencia de la cultura hispana. A estos propósitos tan encomiables pertenecen títulos suyos anteriores como Florencia en el Amazonas o Salsipuedes, estrenadas en Houston y esta Il Postino que vió la luz en Los Angeles en 2010 y que tiene como eje fundamental a Plácido Domingo en el papel del poeta Pablo Neruda, si bien la ópera se basa más en la película Il Postino dirigida por Michael Radford que en la novela Ardiente paciencia de Antonio Skármeta y su estructura cinematográfica resulta innegable. Se ha discutido el sentido de representar esta ópera sin Plácido Domingo, ausente por enfermedad, e incluso ha concurrido una pequeña polémica entre el director artístico del Teatro Real, Gerard Mortier, que se ha desmarcado totalmente de la misma afirmando que se la había impuesto el mítico cantante madrileño, lo cual negó éste, al manifestar haber propuesto preferentemente algún titulo verdiano o Thaïs de Massenet.
Polémicas aparte, en un primer acercamiento no se puede decir que estemos ante una obra especialmente inspirada, personal y que provoque entusiasmo. El genio de Puccini está in mente del autor, aunque el resultado recuerda más a alguno de sus epígonos como Alfano (como bien indica José Luis Téllez en el programa de sala), pero se trata de una ópera agradable, cantada en español lo cual siempre hemos de apreciar, que intenta hacer, en cierto modo, de puente América-España (Europa) y con algún momento teatralmente eficaz.
El tratamiento vocal basado en un declamado o arioso continuo con algún puntual momento cantabile y de efusión lírica, se hace un tanto plúmbeo y repetitivo, al no aparecer en ningún momento una verdadera inspiración melódica, especialmente en los dos primeros actos que se ofrecen consecutivos. El último acto presenta una mejor factura músico-teatral empezando por su bello preludio. Ciertamente, se nota muchísimo la ausencia de Plácido Domingo, en primer lugar porque es fundamental para dotar de aura, empaque y carisma al personaje esencial del poeta Pablo Neruda, algo totalmente inalcanzable para su sustituto, Vicente Ombuena, como lo es la tesitura totalmente pensada para Domingo y que exige un centro denso y redondo, solidez en el grave y ese sonido envolvente tan característico. Ombuena, de emisión retrasada y sonoridad y proyección justitas, apenas puede ofrecer musicalidad y profesionalidad en su sustitución, resultando tapado por la orquesta en gran parte de representación.
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