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FRANCESCA SASSU, soprano: «Deseo que esta 'Norma' sea la primera de una larga serie de citas con España»

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Autor: Codalario
7 de febrero de 2020

FRANCESCA SASSU, soprano: «Deseo que esta 'Norma' sea la primera de una larga serie de citas con España»

Una entrevista de Raúl Chamorro Mena y Jordi Pujal
La soprano natural de Sassari (Cerdeña) Francesca Sassu afrontará hoy viernes 7 de febrero y pasado día 9, en la temporada de la Fundación Baluarte de Pamplona, un papel tan exigente y emblemático como es la Norma de Vincenzo Bellini. La soprano sarda, que ya ha encarnado a la sacerdotisa belliniana y ha cosechado un gran éxito recientemente en La Fenice de Venecia con otro papel paradigmático como la Violetta verdiana, no ha dudado en asumir la sustitución de una indispuesta Lianna Haroutounian. Esta entrevista concedida a CODALARIO nos permite apreciar la clarividencia y seguridad con la que encara su carrera artística.

¿Quién es Francesca Sassu? ¿Cómo definiría su voz? Sus comienzos en la lírica, cómo nació su interés por el canto,...

Diría que una mujer sencilla, bastante satisfecha consigo misma, trabajadora nata y curiosa, que ama con locura aprender cada día algo nuevo. Mi voz es la de una soprano lírica de agilidad, un instrumento podría decirse que belcantista, aunque no soy muy partidaria de este tipo de etiquetas y catalogaciones porque pienso que hasta cierto punto pueden suponer una restricción a la hora de apreciar la dimensión total de un artista. Mi primera aproximación al canto llegó por mediación de una gran amiga, que cantaba en un coro polifónico y me convenció para que entrara a formar parte del mismo, lo que hice durante unos años. A los seis meses de incorporarme me di cuenta de que mi voz era fácil ya que podía imitar perfectamente a mis compañeros de coro sin dificultad alguna: esto despertó en mí una curiosidad enorme, lo que llevó a inscribirme en el Conservatorio. Tenía dieciséis años y desconocía por completo el mundo de la lírica, no era melómana. Día a día fui evolucionando y mi gran momento catárquico llegó cuando  por primera vez pisé profesionalmente un teatro: al momento quedé subyugada con toda la maquinaria teatral (maestros, ensayos, luces,…) viendo cómo, mediante un perfecto trabajo en equipo y partiendo de cero, se construía un todo maravilloso como es una ópera. Haber sido jugadora de voleibol fue algo sumamente instructivo para mí a la hora de aprender a trabajar en equipo y es algo que desde el primer momento de mi carrera asumí y puse en práctica. Soy una apasionada del trabajo en equipo porque estoy convencida que, integrando la individualidad de cada artista en ese equipo de manera que ambos, individuo y equipo, se retroaliementen, es cuando se obtienen mejores resultados.

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Un repaso a su trayectoria permite comprobar que su repertorio va del lírico-ligero (Adina) pasando por el lírico puro  (Contessa de Nozze) hasta llegar al «drammatico di agilita» (Bolena, Norma). ¿Con qué herramientas dispone para afrontar esta variedad de registros? ¿Cuál ha sido la evolución de su voz desde sus inicios hasta el presente? ¿Por dónde cree que puede ir el futuro de su carrera, qué nuevos papeles cree que en el futuro pueden encajar en sus características vocales y en su personalidad artística? ¿Qué roles le gustaría interpretar?

Naturalmente mi voz ha evolucionado mucho desde mis inicios. Como decía me considero una lírica con gran predisposición para la agilidad e intento huir de las etiquetas que a veces se cuelgan al hablar de vocalidad: cada artista, mediante su técnica, conociéndose a sí mismo perfectamente, debe saber qué roles puede cantar, si su voz se lo permite, si desde el punto de vista psicológico y dramático el rol «va» con él. Y para llegar a esa conclusión seguramente se tendrá que probar, ver si la cosa funciona: ¡adelante, se prueba, y después decides si dices sí o no! Pero pienso que esas etiquetas y estereotipos de los que antes hablaba nunca deben frenar la voluntad del artista: al menos que el artista lo intente, podrá ver sus puntos fuertes y sus debilidades ante ese rol. Mis características vocales, por tanto, diría que son especialmente aptas para el repertorio belcantista; creo que mi técnica es muy sólida lo que me permite esa facilidad en el agudo, las agilidades, los filados, una emisión mórbida,…, elementos indispensables a la hora de afrontar dicho repertorio. De ahí que mi futuro pase por los grandes roles del bel canto, con las reinas donizettianas. En mayo debutaré Anna Bolena. Lucrezia Borgia y Maria Stuarda son obras que pienso son perfectas para mi vocalidad y mi temperamento dramático, un temperamento que pide roles de profunda complejidad psicológico-musical.

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Hablemos de dos papeles tan emblemáticos en el repertorio sopranil como Violetta y Norma, que ya ha interpretado y con gran éxito (Violetta es uno de sus caballos de batalla): ¿Cómo los ve?, ¿Qué dificultades vocales e interpretativas encuentra en los mismos?, ¿Qué características tiene cada uno de ellos? ¿Encuentra puntos en común entre ambos? Vocalmente, ¿los enfoca de manera similar?

Indudablemente son dos grandes retos y ejes fundamentales en mi carrera. ¡Qué alegría –gracias, Baluarte!- poder retomar Norma! Tanto Violetta como Norma ofrecen la oportunidad al artista y al intérprete de zambullirse en la personalidad de dos seres sumamente complejos, dos mujeres muy fuertes que a lo largo de la ópera viven una gran evolución psicológica (no olvidemos las grandes dificultades técnicas que hay en el plano vocal) con una interesante dicotomía entre el aspecto público y el privado de sus vidas. Norma, sacerdotisa implacable e inflexible, fuerte, casi un icono, un mito –a lo Medea, para entendernos- en su intimidad se muestra como una mujer herida, enamorada, que espera que Pollione la ame como en el pasado. Su ira la lleva casi a enloquecer, hasta el punto de plantearse matar a sus hijos. Estos matices/sfumature casi esquizofrénicas del carácter de Norma son los aspectos para mí más interesantes y que intento plasmar con mi actuación.

Por el respeto que merecen no quiero imitar ni pretendo acercarme a ninguna de las grandísimas divas del pasado que han dejado su huella en este rol tan emblemático -¡no me lo permito!-. Ésta es mi humilde Norma; he intentado hacer de ella un traje a medida para mi voz y mi personalidad, mi propia visión, única y personal, que puede gustar o no. Una visión en la que prima el aspecto privado de Norma, para mí mucho más interesante que el público/mítico. Considero mucho más atractivo para el auditorio una Norma humana que una Norma semidiosa «Medea style». Norma es una heroína romántica. En cuanto a Violetta es un rol que adoro y que me ha dado tantas satisfacciones a lo largo de mi carrera (por mi parte yo también he «dado» mucho a Violetta). Cuando la debuté sentía una especie de miedo reverencial; previamente había dicho muchas veces ‘no’ a propuestas que me habían llegado. Dicho debut fue en el Teatro La Fenice con una puesta en escena complicada que exigía un gran compromiso actoral, un verdadero reto para mí. Participar en este tipo de producciones me motiva enormemente, sin duda alguna me sirve para crecer como artista.

El poder trabajar este rol con grandes registas como Robert Carsen, Hugo de Ana o Andrea Cigni me ha permitido poder ‘robar’ a cada uno de ellos tantos y tantos matices que a mí me habían pasado desapercibidos (‘sfumature’, palabras, acentos, el enfoque de cada uno de ellos de una misma frase, la lectura de la carta en el tercer acto, la gestualidad, cómo sentir la enfermedad en mi cuerpo sano y fuerte,...): en suma,un gran crecimiento artístico y personal. Hay algo que siempre tengo presente: Violetta en verdad existió, y de una mujer analfabeta pasó a ser la mujer más solicitada de París, esto influye en mi visión del rol. Me siento muy ligada a esta criatura que espero continuar cantando descubriendo más rincones de esa apasionante personalidad, es aprendizaje para mí. Mi voz  y mi corazón son para la Valéry. Precisamente estos días el haber estado alternando entre los ensayos de “Norma” en Pamplona y funciones de Traviata en La Fenice me ha permitido reflexionar sobre qué tipo de vocalidad exigen ambos roles. Y he de decir que he llegado a la conclusión que no son tan dispares. Imprescindible siempre disponer de la morbidez y el terciopelo propios del belcanto (que también uso cuando canto Verdi) y óptima limpieza en la agilidad y en el agudo y sobreagudo. Vocalmente afronto ambas partes exactamente igual, la técnica es siempre la misma.: me aventuraría a decir que, estrictamente desde el punto de vista vocal, Norma y Violetta son hermanas.


¿Cómo aborda el estudio de sus papeles, la preparación y dedicación que requiere su carrera, teniendo en cuenta lo intenso que es el mundo actual, caracterizado por la rapidez e inmediatez? ¿Le ayuda en ello el hecho de estar casada con un director de orquesta especializado en foso?

Siempre intento preparar mis roles profundamente, aunque por desgracia demasiado a menudo no dispongo del tiempo que me gustaría. Una de las primeras cosas que hago es leer en voz alta el libreto de la ópera para captar musicalmente el sonido de las palabras y las onomatopeyas porque al momento me proporciona ya sugerencias vocales e interpretativas. También acudo a las fuentes originarias de la obra leyendo los textos que suponen la base literaria de ese libreto. Asimismo consulto (y en este sentido he de decir que los programas de mano de muchos teatros son de óptima ayuda) artículos firmados por reputados musicólogos y críticos, ya que me permiten profundizar históricamente en la génesis de la obra y su contexto, en sus fuentes,…, lo que me lleva en ocasiones a interesantes reflexiones; las notas de dirección escénica que algunas veces grandes registas a quienes admiro y aprecio han publicado son de sumo interés para mí. Y, claro, en el aspecto musical soy muy afortunada al estar casada con un director de orquesta (Andrea Certa) con quien trabajo. Andrea conoce a la perfección la ópera y las voces, es un gran maestro, es MI gran maestro, y gran parte de lo que hago lo debo a él. Me ha enseñado cómo estudiar la música y debo señalar, asimismo, que es impagable cómo ha sabido despertar en mí el sentido del fraseo y cómo debe ser ese fraseo. Realmente es un privilegio poder compartir el aspecto profesional de mi vida con Andrea: pese a que nos conocemos de hace tantos años continúa sorprendiéndome con novedades, enseñanzas, indicaciones, …, cosas que quizá a mí me hayan pasado por alto y que él al momento las capta. Es muy bonita esta renovación profesional continuada y con un aliado de primera a tu lado: sólo puedo decir de corazón desde lo más profundo, grazie, Andrea.

¿Qué espera de esta Norma en Pamplona, que supone su regreso a España tras una sola visita a nuestro país (unas lejanas "Nozze di Figaro" en 2007 en Mahón)? ¿Cree que le puede servir para abrir su carrera en España, reafirmando la impresión positiva que el resultado de dicho Mozart dejó en su día?

Deseo que esta Norma sea la primera de una larga serie de citas con España, un país que amo mucho y en el que me encuentro de maravilla. Pamplona me ha acogido extraordinariamente, con gran afecto por parte de todos. Estoy muy emocionada ante este debut y con un rol de este calibre, esperando que el público aprecie mi personalidad y mi humilde Norma, como antes decía mi Norma personal, al cual le dedico todo mi arte. Gracias a todos.

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