9/11/13. Valencia. Palau de Les Arts. Die Walküre (Wagner).
Helga Schmidt tiene fama de llevar su gestión artística con excesiva e inquebrantable severidad. Incluso se ha visto envuelta en algún contencioso judicial por sus maneras. Pero no cabe duda alguna de su solvencia y capacidad a la hora de resolver la propuesta artística de Les Arts en unas condiciones de cada vez más marcada precariedad. La coincidencia estas semanas de la Walküre que nos ocupa y de La Traviata, ambas con Mehta en el foso, son una muestra palmaria de su buen hacer. Por cuanto hace a esta Walküre, en ausencia de nombres de prestigio, de primeras espadas, Helga Schmidt supo reunir a un equipo de cantantes de probada solvencia, la mayor parte consolidados en teatros centroeuropeos y desconocidos en España. No es fácil hacer de la necesidad y virtud y gestores como Schmidt demuestran hasta qué punto la figura de un director artístico solvente es determinante a la hora de mantener a flote un barco tan hipertrofiado como el Palau de Les Arts, un capricho de nuevos ricos que ha visto en entredicho su viabilidad en tiempos de crisis. No en vano, tras esta suerte de programa doble compuesto por Walküre y Traviata, la escena de Les Arts queda cerrada ni más ni menos que hasta febrero, lo que no se antoja indicio, precisamente, de demasiada normalidad ni saneamiento en las cuentas de la institución.
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