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CAROL GARCÍA, mezzosoprano: "Estaría bien que no se percibiera la ópera como algo elitista. Somos gente normal"

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Autor: Aurelio M. Seco
31 de enero de 2017

CAROL GARCÍA, mezzosoprano: "Estaría bien que no se percibiera la ópera como algo elitista. Somos gente normal"

Una entrevista de Aurelio M. Seco
Carol García protagoniza hoy a las 20 horas en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, junto a Rubén Fernández Aguirre (pianista) y Natalia Menéndez (recitadora) un recital dedicado a la Canción cantalana dentro del ciclo Notas del ambigú del coliseo de la calle Jovellanos. La mezzosoprano española, que hace unos días debutaba en el Teatro del Liceo de Barcelona, es una de las voces más interesantes de la nueva oleada de cantantes españoles.

¿Cuénteme cómo le pidieron que sustituyera a Nora Gubish en el Teatro del Liceo de Barcelona hace unos días, en lo que supone su debut en el coliseo catalán?

Yo había cantado Werther hace un año y dos meses en Trieste,  Italia. El lunes  llamaron a mi representante y le dijeron que la señora Gubish estaba con faringitis y nos preguntaron si yo podía hacerlo. Fu de un día para otro. Yo dije que sí pero que necesitaba la partitura, porque es un papel que no tengo tan hecho como el de Rosina de El barbero de Sevilla o La cenerentola. Prefería hacerlo con partitura, para estar más tranquila y ellos tuvieron la amabilidad de acceder. Para posteriores funciones ya no habría sido necesario, al tener yo más tiempo y facilitarme un video de la producción.

¿Entonces cantó con una partitura en el escenario?

Sí, me pusieron un atril en una esquina y canté desde ahí. No tuvimos tiempo de hacer ensayos, pero media hora antes de empezar la función pude hablar con el maestro para comentar algún punto de la partitura donde yo necesitaba más ayuda. Miramos cuatro entradas en las que yo necesitaba que él fuera muy claro conmigo porque son puntos difíciles en cuanto a ritmo. Al final fue todo muy bien porque Alain Altinoglu es muy claro dirigiendo y estuvo muy atento a mí durante la función.

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¿Qué tipo de director le resulta más cómodo como cantante?

Me gusta poder cantar y dar mi propia versión del personaje, si bien es cierto que la música que yo suelo hacer es siempre bastante cuadrada en cuanto a ritmo. El Barroco y el belcanto de Rossini no da margen a demasiadas libertades. Se puede decir que me gusta que estén pendientes de mí pero dejándome hacer al mismo tiempo, que respiren conmigo. Se agradece cuando el director se adapta a ti.

¿Respirar con el cantante es que lo haga rápido para poder llegar fácil a los fraseos más comprometidos?

No, para nada, a veces es todo lo contrario. En ocasiones agradezco que me dejen tomar un tiempo de silencio. Otras veces sí es bueno acelerar, en otras la orquesta se queda atrás…

¿Y qué hay que hacer cuando el ritmo decae y la orquesta se va quedando atrás…?

Ojalá lo supiéramos. Como cantante intentas tirar y mirar hacia el director para que se percate de tus necesidades. A veces te dicen que no es bueno mirar demasiado al director, pero como intérprete tú intentas saber si él te está entendiendo, y muchas veces sí, te entiende en seguida, pero en otras cuando la orquesta no está con energía o no te entiende es importante que el artista tenga capacidad para adaptarse.

¿En general, agradecería que hubiera más ensayos?

Depende de las producciones, presupuesto, etc. A veces echas de menos masticar toda la información que te dan, otras, como cuando canté en La Ópera de la Bastilla, el período de ensayos se extendió durante casi un mes y medio, en el que repites y repites. En estos casos puede ocurrir que lo que en principio motivaba puede llegar a dejar de hacerlo.

¿Qué es lo que un cantante agradece de la entidad que le contrata?

Esta es una carrera muy solitaria, así que se agradece mucho cuando se te facilitan las cosas, sobre todo temas de gestiones relacionados con viajes, hotel, etc. Luego que los ensayos te permitan cierta adaptación. No nos gusta que nos agobien y nos controlen con horarios cerrados, que estén tan encima de ti, porque también necesitamos descansar. A veces te dicen “te necesitamos para esto, en la pausa vente”. Si es el momento de mi pausa, se agradece que a una le permitan descansar. En general, hablando con mis compañeros, creo que hay consenso en decir que agradecemos que nos faciliten la vida en lo que se refiere a las gestiones. Si tienes familia agradeces que te proporcionen alguna entrada para que puedan verte, que te ayuden para conseguirles alojamiento… Cosas de ese estilo que son las que más nos quitan tiempo a los artistas.

¿Se puede decir que Operalia lanzó su carrera?

En España sí, aunque yo antes estuve en Francia, donde canté mucho, pero cuando participé en Operalia en 2014 comencé a trabajar más en España.

¿Cómo es que ha cantando antes en Francia?

Porque allí me dieron la oportunidad de empezar mi carrera. Yo participé en el Concurso Francisco Viñas y la directora de casting me invitó a la academia de La Bastilla, donde empecé a hacer contactos para cantar.

Lo más característico de su repertorio hasta la fecha es El barbero y La cenerentola, ¿no?

Sí, son los papeles con los que comencé, de mezzo rossiniana. Rosina fue el primer papel que canté y el que más veces he hecho, después está La cenerentola, un título que me resulta muy cómodo. Vengo de hacerlo en Bilbao y me siento mucho mejor que cuando lo canté en Francia. Obviamente cantar Werther fue todo un desafío pero me sorprendió mucho notar que me sentía bien en el papel. La voz también se hace cantando este tipo de repertorio. Sirve mucho para desarrollarla, porque te proporciona cualidades que no tienes cantando coloraturas todo el tiempo, por eso no descarto ese otro tipo de repertorio más lírico, francés o incluso Mozart. En breve debutaré el Così fan tutte de Mozar haciendo de Dorabella.

¿Cuántos idiomas habla?

Cinco: inglés, francés, italiano, catalán, español y portugués a medias.

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Pero su centro de trabajo está en España.

Vivo entre Barcelona e Inglaterra, aunque estuve viviendo un tiempo en Francia. Cuando no estoy trabajando reparto mi tiempo entre Barcelona, donde están mis amigos, e Inglaterra.

Y ahora el Brexit.

Bueno, quizás después nosotros nos volvamos más cotizados al cerrar ellos más su propio mercado. Ya veremos.

¿Qué opinión tiene de los medios de comunicación?

Creo que nos apoyan bastante, sobre todo a la gente joven. A la mínima nos ayudáis y esto hace que el entorno se interese aunque sea en el ámbito nacional. Es algo que veo bien porque hace años las cosas no se movían tanto. Ese es un punto a vuestro favor. Por otra parte, estaría bien que no se percibiera la ópera como algo elitista. Somos gente normal. No todo el mundo cobra 20.000 euros por una noche. Hacemos la vida como podemos y los teatros muchas veces apuestan por gente de fuera cuando hay talento aquí, claro que tampoco sabemos qué intereses internos existen a nivel de agencias. Lo que a veces no entiendo es que traigan a gente de fuera teniendo aquí grandes talentos. Habría que buscar la forma de dar más oportunidades a los españoles, independientemente del agente que tengamos. Muchos colegas comentamos esta situación y estamos de acuerdo. Es más importante que se fijen en las cualidades del artista y que tengan en cuenta su currículo.

¿Qué pedirían los artistas a los gestores?

Se agradecería más accesibilidad de los directores artísticos porque cada uno tiene su agenda. Ellos te dicen “este día” y si les interesas para este rol concreto pero yo tengo otro compromiso no te ofrecen otra posibilidad. Otras veces te convocan a una audición y mientras cantas ni te miran. Hay ocasiones en las que no se tiene el mínimo respeto. Otras sí, te van a saludar antes, te desean suerte antes de la audición, y así es mucho mejor. No se pide nada extraordinario, únicamente un poco de trato humano y comprensión.

Defínase como cantante

Hoy por hoy soy una mezzo lírico de coloratura, porque veo que la coloratura me va bien. Tengo una extensión bastante grande y el centro está cada vez más hecho. Obviamente no tengo los graves de contralto pero con el tiempo voy notando un cambio. Tres años atrás no podría haber cantado Werther y ahora sí, y en la voz pasa todo y va bien, la voz se va haciendo. Ya puedo cantar un repertorio más lírico, con lo que sería lírico coloratura.

¿Influencias?

Depende del papel, cuando decidí que podía cantar Rossini escuché a Teresa Berganza y me ponía a cantar encima de su voz  en la producción de El barbero que dirigió como si fuera una película Jean-Pierre Ponnelle. Luego empecé a ver a Bartoli y Didonato, pero me quedo con Berganza. Cuando tuve que hacer Werther en Italia miré mucho la interpretación de Elina Garanca, una intérprete que me gusta por su elegancia.

¿Y en Operalia qué le dijo Plácido Domingo?

“Bueno, ¿y tú de dónde sales?”. “Yo salgo de Barcelona”, le dije, “de trabajar con mi maestra, y también estuve en París”. Marta, su esposa, se me quedó mirando y me dijo, “¿y esta técnica tan perfecta que tienes…? “¡Tienes una técnica perfecta!”. No gané el premio pero sí palabras buenas que me animaron a seguir.

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¿Y quién es la profesora de la técnica perfecta?

Francesca Roig. Ella me dio las bases. Yo venía del mundo coral y con ella me puse a cantar. Después he tenido otros maestros en París, y he ido a clases con Ann Murray, que es fantástica, pero la técnica me viene básicamente de Francesca.

¿Cuál es el secreto de la técnica?

En mi opinión no hay una técnica universal, aunque hay colegas que piensan que sí. A cada uno le funcionan cosas diferentes.

¿Se deja asesorar? ¿Hace caso a las críticas?

Si hay que hacer caso a todas las críticas te vuelves loco, pero siempre hay personas cercanas que te dicen lo bueno y lo malo. Tengo poca gente así pero sé que me van a decir la verdad siempre, tarde o temprano me lo dicen aunque sea delicadamente. Quien mejor se conoce es uno mismo y no puedes hacer caso de lo que dice todo el mundo. Es importante tener gente verdadera a tu alrededor, gente que de verdad te conoce.

¿Planes de futuro?

Me gustaría mucho seguir creciendo obviamente y tener la oportunidad de ir demostrando lo que puedo hacer, como en el Liceo, que ha sido una cuestión de urgencia pero no importa, porque han pensado en mí y lo he podido hacer bien y estoy contenta con el resultado. Me gustaría que con estas cositas poco a poco vayan confiando más en mí y seguir creciendo tanto en España como fuera. También me encantaría hacer más Barroco. Acabamos de grabar la integral de la obra de Granados, que fue una gran sorpresa y yo tenía muchas ganas de grabar algo mío. Me gustaría seguir por esa línea y cantar arias de ópera, un material que esté bien hecho y paralelamente seguir a nivel internacional e ir subiendo, cantar roles en teatros buenos… Aunque tengo que decir que estoy bastante contenta de la dirección que ha tomado mi carrera. He tenido la oportunidad de cantar en la Sala Pleyel, Versalles Estrasburgo, Burdeos. Hay mucha gente que ha ido contando conmigo. Otra gente está un poco más reticente, quizás porque mi voz en una sala de coro, que es donde normalmente se hacen las audiciones, no parece grande. Sin embargo, cuando estoy en teatro corre por toda la sala. Se oye muy bien. Algunos dicen que no es una voz grande y creo que en algunas audiciones no acabo de convencer por esto.

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¿Qué sala es la que posee una mejor acústica para cantar de todas en las que ha estado?

Quizás la Ópera Garnier, que es fantástica. Es una bombonera. No es grande ni pequeña y es fácil cantar ahí, muy fácil. En La Bastilla  no: parece que la voz se te cae al foso. En Bastilla hay puntos muertos en los que la voz queda como sorda y depende de dónde te coloques en escena la voz no se oye. En Burdeos se canta muy bien, en Concertgebouw en Ámsterdam también. No es un teatro de ópera pero la sala es muy buena de acústica; siendo grande, la voz corre hasta el final.

¿Cómo cuida la voz?

Intento dormir más o menos bien, descansar lo máximo y cuidarme los resfriados, no hablar mucho… Bebo mucho café, que no conviene a la voz porque es ácido para las cuerdas, pero algún vicio hay que tener, porque ni fumo ni bebo alcohol.

¿Practica todos los días?

Todos no. Practico mucho cuando tengo cosas que hacer, pero tampoco canto siempre “a voz”. Tarareo o canto en octava baja. No necesito estar cada día vocalizando.

¿Y este repertorio catalán que hoy canta en el Teatro de la Zarzuela?

Es una propuesta de Rubén Fernández Aguirre. Cantamos obras de Granados e incluimos piezas de Miguel Ortega que me hacen mucha ilusión porque le conozco mucho. Rubén me está introduciendo en el mundo del lied que es súper bonito y muy difícil de cantar. También me propuso hacer unas canciones de Toldrá que yo no conocía y que son muy bonitas. Yo había cantado en el Teatro de la Zarzuela en La clementina, en la producción de Mario Gas, que es fantástica. El teatro es una maravilla, se canta súper bien y además te tratan muy bien y se está muy a gusto. Todavía no he conocido a nadie que diga lo contrario.

¿Algo personal que confesar?

Soy una friki del tema celta. Siempre me ha gustado el tema celta y su mitología. Los vikingos, los celtíberos.

Entonces disfrutará con Juego de tronos.

Sí, y con la serie Vikingos. Leí muchas cosas de este tipo de mitología y tocaba la gaita un poco, incluso tengo un tatuaje que está escrito en un alfabeto celta. Dice así: “carpe diem, facta non verba, mutatis mutandis”. Está escrita en alfabeto Ogham –risas-.

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