Una entrevista de Inés Tartiere | @InesLFTartiere
En pleno debut en el Teatro Real de Madrid, hemos podido hablar con la soprano italiana Anna Pirozzi. Con una carrera imparable, en la que en sólo cinco años, se ha hecho un hueco en las agendas de los teatros más importantes del mundo. Su timbre y su innata italianidad, recuerdan a las grandes sopranos de antaño, a las que admira y escucha para nutrirse, antes de interiorizar un nuevo papel. Se define como una soprano verdiana, y de la mano de este compositor, debutó en La Scala con Plácido Domingo, y repite con ambos en Madrid, con la ópera Macbeth. Sus próximos compromisos, incluyen importantes citas en nuestro país, como su próximo debut de Norma en Bilbao, Aída en el Teatro Real de Madrid y Odabella de Attila en el Liceu de Barcelona.
¿Cómo ha sido su reciente debut en el Teatro Real de Madrid al lado del maestro Plácido Domingo?
Muy emocionante. Es la segunda vez que canto con el maestro Plácido Domingo, que siempre levanta tanta expectación. Emocionada y relajada, porque sabía que todas las miradas estaban puestas en Plácido (risas). Es un compañero fantástico, te ayuda muchísimo en escena. Es un lujo poder cantar a su lado, y tenemos una gran afinidad.
¿Esperaba esta respuesta unánime del público?
Me habían hablado de que el público de Madrid siempre ha sido muy exigente. Al principio los aplausos eran mas tibios, pero a lo largo de la función y principalmente en los aplausos finales fue atronador. No me esperaba que fuera un público tan caluroso, estoy muy contenta, y creo que ha sido un gran éxito.
¿Cuál es el aria de Macbeth que más disfruta cantando?
La primera aria, la lectura de la carta. Siempre me ha parecido muy interesante y disfruto mucho cantándola. La que más me preocupa o me parece más difícil es la última aria, la escena del sonambulismo, "Una macchia è qui tuttora". Verdi escribió ese re bemol en pianissimo, que no es nada fácil.
¿Es la primera vez que canta con el maestro Conlon, ¿cómo ha sido su experiencia con el director americano?
Es un maestro que conozco desde hace tiempo, y estoy encantada de poder cantar al fin con él. Espero poder repetir en otra ocasión con el maestro Conlon, y profundizar más, musicalmente con otro rol, porque hemos tenido una gran sintonía. Conoce muy bien la partitura, el italiano, y ayuda mucho al cantante, que siempre se agradece.
Su debut en el festival de Salzburgo con el genial director Ricardo Mutti supuso un antes y un después en su carrera, ¿que significó para usted este director?
Fue una absoluta sorpresa, no estaba previsto, tuve que sustituir a una compañera que se puso enferma y cuando me lo propusieron esa misma mañana, realmente me di cuenta de dónde estaba, y con quien. El festival de Salzburgo, es uno de los más importantes, y qué decir del maestro Muti, pero afortunadamente era con uno de los roles que más había cantado, Abigaille de Nabucco, y esto me daba seguridad. Decidí coger ese tren, nunca sabes cuando vas a volver a tener una oportunidad como ésta. Yo estaba empezando a cantar en los grandes teatros italianos, pero el debut de Salzburgo fue un gran éxito y me abrió las puertas internacionalmente. Más tarde volví a cantar con el maestro Mutti en Roma con Ernani.
Muchas sopranos intentan evitar el endiablado rol de Abigaille, y sin embargo podríamos decir que es su caballo de batalla.
Sí, sin duda Abigaille es el rol que más he cantado. Siempre he considerado que Verdi lo escribió para mí, tiene una tesitura que me va muy bien. También Lady Macbeth es un rol muy adecuado para mi vocalidad.
¿Qué tiene Verdi que no tengan otros compositores?
Tiene el corazón, la pasión, los sentimientos más puros. El carácter de las mujeres verdianas es diferente, son guerreras, no se rinden, siempre están en su continua búsqueda del amor más puro.
Por fin debuta el año que viene uno de los roles que creo que lleva deseando debutar desde hace mucho tiempo, Norma de Bellini, y será en Bilbao.
Llevo esperando este debut toda mi vida. El sueño de toda soprano es, sin duda, cantar Norma. ¿Quién no ha escuchado la Norma de la Callas? Un rol tan difícil que llevo estudiando muchísimos años y que por fin ha llegado el momento de debutarlo. Estoy encantada de que este debut sea en España, donde han contado siempre conmigo, y donde cantaré mucho el año que viene.
Pude presenciar su Andrea Chénier en Bilbao y al finalizar "La mamma morta" un señor que estaba en el asiento contiguo, aplaudió enfervorecido, y sin embargo dijo: es muy muy buena, pero no es la Callas. ¿Qué opina de las constantes comparaciones a las que injustamente os habéis tenido que someter los cantantes hoy en día?
Es algo con lo que siempre hemos tenido que convivir. La mayor parte del público, ha escuchado las grandes voces del pasado, Callas, Tebaldi. Pero al teatro hay que ir con la mente abierta, a sentir emociones incluso nuevas, y para eso no puedes estar comparando durante toda la representación, porque nunca será igual. Los tiempos han cambiado, la técnica ha cambiado, las voces han cambiado. Puedes hacerlo todo bien, el fraseo, la musicalidad, una buena interpretación, siempre te seguirán comparando.
Estoy segura de que el mundo del pop ha perdido a una buena cantante con usted pero la lírica no podía perder una voz como la suya, tan escasas hoy en día. ¿Qué le hizo cambiar de opinión?
Desde muy pequeña ya cantaba en casa, guardaba todas las ediciones del festival de San Remo. Luego llegó el karaoke, yo cantaba el repertorio de cantantes cono Whitney Houston, Mariah Carey, Celine Dion, y en un concurso me dijeron que tenía una voz muy buena, que porqué no me planteaba ir al conservatorio. Yo no quería porque pensaba que era solo para el canto lírico y no me gustaba la ópera. Me convencieron para acabar entrando en el conservatorio, y la única pieza que sabía de canto lírico era el Ave María de Schubert. Cuando acabe de cantar me dijeron que yo ya había dado clases de lírica y cuando supieron que no era así afirmaron que tenía una predisposición natural para el canto lírico. Así comencé con esta fascinante carrera que me hizo amar la ópera, voces como las de Maria Callas, Di Stefano, que tanto he escuchado, y quién me iba a decir que iba a acabar cantando en Madrid, Macbeth, y nada menos que con el maestro Domingo (risas).
Su carrera estos cinco años ha sido imparable, ¿cómo es posible asimilar el éxito en tan poco tiempo?
Con la familia, no hay tiempo de cambiar tu personalidad, por suerte. La verdadera vida es esta, la familia que me da fuerza, me sigue, mi marido y mis hijos que siempre están conmigo, me ayudan a seguir luchando en esta fascinante carrera, que también es muy sacrificada. Aún me queda mucho por aprender.
¿Cuál ha sido el secreto de tu éxito?
Ser natural, ser sincera con el público, no tener timidez. Para eso es muy importante estar muy segura con el rol que vas a interpretar, haberlo estudiado muy bien.
¿Qué rol le ha supuesto más dificultades?
Roberto Devereux y Ernani. Son dos óperas que sabía que eran difíciles pero que podia cantarlas. Estudié muchísimo y decidí debutarlas. Aún así ambas me supusieron muchas dificultades.
¿Es muy exigente?
Sí, demasiado. Después de cada interpretación le pido a mi marido que me grabe para poder escucharme en casa e intentar corregir los errores. Aunque lo vivido en directo sé que es muy diferente, rara vez estoy del todo satisfecha con lo que hago. Siempre queda algo por mejorar.
¿Cuál es su rol favorito?
Lady Macbeth. Me encanta, aunque es un personaje muy negativo. Pero la escritura vocal, la interpretación, son francamente interesantes. Tiene tres grandes arias importantes. Recitativo, cabaletta, dos duetos importantes con Macbeth. Canta tanto, y da mucha importancia a la interpretación y el texto. Verdi da muchas indicaciones sobre cómo hay que cantarlo. Es un rol muy particular. Creo que es el más diferente de todos los que ha escrito Verdi para la soprano, y es muy interesante. Leonora de Il trovatore tambíen es uno de mis favoritos, tanto que he llamado a mi hija Leonora (risas), es el primer papel que debuté, y considero que es el rol más difícil de Verdi.
¿Qué aspecto de su voz ha tenido que trabajar más?
He tenido que esforzarme mucho en el centro y los graves. Los agudos siempre me resultaron mucho más fáciles, más naturales, por eso el rol de Abigaille no me suponía excesivas dificultades.
Un problema evidente en España y en Italia es el escaso interés de los jóvenes con la "música clásica". ¿Cómo fomentaría a la juventud a que se acercase a ver una opera?
El principal problema, siempre creo que es el precio del billete, y la escasa información. Los jóvenes no pueden pagar ese dinero para ver algo que ni siquiera saben si les gusta. En Italia se esta fomentando ahora "le matinne", que supone reducir la ópera a una hora u hora y media, con las cosas más importantes, y acuden los colegios y gente jóven. Creo que para empezar, si van por primera vez a una ópera de cuatro horas, probablemente no lo aguanten y nunca más volverían. Espero que muchos teatros incorporen esta iniciativa, de acercar a los jóvenes al teatro, y reduzcan los precios.
¿Cree que esto puede poner en peligro la supervivencia de la ópera?
Creo que muchos jóvenes ya aman la opera. No creo que sea un espectáculo exclusivo para gente mayor, ni para ricos. Lo que hay que intentar es que esos jóvenes no sean una minoría y acercar a más gente a introducirse en este maravilloso mundo que seguro les fascinará.
¿Es más importante el aspecto físico en la opera hoy en día?
Sí, sin duda. Hace varios años la figura del cantante lírico, por lo general era voluminosa. Ahora como se hacen tantas grabaciones, DVD. Hoy en día el cantante tiene que ser guapo, fotogénico. Creo que por supuesto lo más importante es la voz, pero también creo que está bien que tu físico se adecúe al personaje que estas interpretando. Yo soy una persona grande, pero con mi repertorio, interpreto a mujeres más maduras, muchas veces madres, me penalizaría más si fuese una soprano ligera.
¿Cuántos idiomas habla?
Italiano, francés, y entiendo el inglés y el español.
¿Qué papel nunca le han ofrecido y le gustaría cantar?
Nunca me han ofrecido papeles que me gustaría interpretar como Mimí, de La bohème, por culpa del físico, pero me hubiese gustado mucho cantar La traviata. Me la han ofrecido, e inmediatamente dije que sí, porque sería una novedad, una voz como la mía, cantando La traviata, ya que no es muy común. Hubiese sido bonito haberla cantado, pero al final cambié de idea y me negué a hacer el papel. No creo que me lo propongan ya, por culpa del físico. Hoy en día, los directores de escena, quieren a personas que respeten la historia, y una persona que se muere de tisis tiene que ser muy flaca. Pero antes no era así.
Anna Netrebko ha cantado el rol en todos los grandes teatros. Aunque se despedirá de Violetta el año que viene.
Sí, podríamos decir que ha sido la excepción. Pero La traviata es una ópera que no suelen cantar voces dramáticas, aunque el tercer acto demande una voz así.
¿Qué voces admira o escucha para interpretar un nuevo rol?
Callas, Caballé y Dimitrova, son mis favoritas, y las que más escucho. También admiro mucho a Daniela Dessí, que cantaba mi repertorio, y con la que tuve la suerte de estudiar un tiempo. Cuando tengo que debutar un nuevo rol, me gusta escuchar muchas versiones y luego lo interiorizo y le doy mi voz y mi personalidad. Me gustaría mucho conocer a Monserrat Caballé, una soprano a la que he admirado siempre tanto. El año que viene que canto Attila en el Liceu, me encantaría tener esa oportunidad.
Un momento memorable de tu carrera
Mi debut en Salzburgo con Muti y la primera vez que canté en La Scala, con Plácido Domingo con la ópera I due Foscari.
¿Tiene algún sueño por cumplir?
Cantar en el Metropolitan. París era otro, y lo cumpliré el próximo octubre interpretando Lady Macbeth, y cantar en el Teatro Real de Madrid al lado de Plácido Domingo, es un sueño hecho realidad.
¿Tiene ofertas del Metropolitan?
Sí, tengo una oferta como Leonora de Trovatore para dentro de un par de temporadas, que espero cerrar pronto y que se haga realidad.
¿Cómo cuida su voz?
No hago nada en particular. Intento dormir, descansar y comer bien. Pero no me obsesiono demasiado, cuando tengo calor, quiero el aire acondicionado (risas).
¿Cómo es capaz de controlar las emociones, interpretando roles con una carga emocional tan fuerte?
Al principio, esto me suponía un gran problema, ser capaz de gestionar las emociones, me rompía el fiato. No podía seguir adelante, pero cuando estas en el escenario, sucede una magia que te dice o haces el ridículo o sigues cantando (risas), así que con la respiración, lo conseguí. Cuando canto Lady Macbeth, Abigaille, me preocupo solamente en lo que siento, en las emociones. Los tengo muy interiorizados, y me lo puedo permitir. Sin embargo, cada vez que canto Tosca, al final cuando canto "Scarpia avanti a Dio", me caigo e inmediatamente siempre me pongo a llorar. Es la música la que me ayuda a superar las emociones para hacerme cantar.
¿Que sintió la primera vez que cantó en un teatro?
La primera vez que me marcó, realmente fue cuando subí a un escenario grande, hace cinco años. Tengo también muy buenos recuerdos de los pequeños teatros de Emilia Romagna, Parma, Busetto, que es de donde era el propio Verdi, donde el público se entregaba mucho con cualquiera de sus obras, y era muy emocionante poder interpretarlas allí. Pero una vez te subes a un escenario es increíble lo que puedes llegar a sentir, es indescriptible.
¿Ha tenido algún problema con alguna puesta en escena?
Sobre todo en Alemania, donde a veces hacen estas puestas de escena que no tienen nada que ver con el libreto. Pero con los alemanes tienes un problema de lenguaje, intentas hacerte entender pero ellos tienen ideas fijas. Nunca me he negado a hacer nada, como mucho he intentado cambiar algo, y siempre están de acuerdo conmigo para cambiar alguna cosa. Pero reconozco que a mi me encanta la dirección de escena tradicional, este modernismo no va conmigo.
En una reciente entrevista que pudimos hacerle al Maestro Gregory Kunde, me confesó que la primera vez que la escuchó, se quedó impactado, y que le impresionaba la versatilidad de su voz. Su próxima cita será un debut conjunto.
No creo que exista una voz más versátil que la suya (risas). Un cantante por naturaleza rossiniano, con una voz privilegiada que le permite cantar ahora el repertorio pesado. El cantante lírico tiene que ser también una persona inteligente y él lo es, y ha sabido encauzar su carrera de forma brillante. Tengo la inmensa suerte de compartir escenario con Greg frecuentemente, porque nuestras voces, creo que se complementan muy bien. Ahora después de Madrid, tenemos un importantísimo debut. Nuestro primer Turandot en Tel Aviv, con el maestro Zubin Mehta. Reconozco que no estaba muy segura de debutar este rol, y a día de hoy no lo estoy plenamente. Voy a intentarlo, y si no es para mi voz, simplemente no lo volveré a cantar, pero el maestro me convenció, y creo que merece la pena intentarlo.
¿Lee las críticas?
Sí, reconozco que siempre las leo. Me importa más la respuesta del público y lo que ellos me transmiten, en cada función, sea positivo o negativo. Pero hay críticas constructivas, escritas con consciencia, que pueden ser de gran ayuda.
Roles como Elisabetta de Don Carlo, Adriana Lecouvreur, Lucrezia Borgia y Anna Bolena, creo que se ajustan muy bien a su vocalidad. ¿Tiene pensado debutar estos roles?
Adriana lo iba a debutar en el teatro San Carlo, pero me quedé embarazada y tuve que cancelarlo, pero lo debutaré seguro. Elisabetta no veo la hora de cantarlo, me encanta y estoy deseando debutarlo, pero no me lo han propuesto…no es una ópera que se programe tanto, se necesitan cinco grandes voces, y no es fácil. De las tres reinas, creo que Elisabetta es la que más se ajustaría a mi voz, aunque no son unos papeles que conozca tanto.
¿Madama butterfly?
Qué maravilla, es un rol fantástico que estoy deseando cantar. Creo que aquí influye el problema del físico, ya que debe ser una niña de quince años, pequeñita. Aunque el segundo y tercer actos son para soprano dramática. Espero que mi agente, me consiga una oferta cuanto antes, y poder debutar este fantástico rol, muy difícil también. Siendo madre, me va a costar cantar el final. El próximo verano debuto Suor Angélica, y sé que me va a afectar. Puccini nos hace sufrir mucho a las sopranos (risas).
¿Tiene pensado debutar alguna ópera de Wagner?
Me lo han propuesto, pero no. No me gusta la escritura, el alemán es muy difícil para cantar, por ahora no.
En sus próximos debuts está Norma en Bilbao, Odabella de Attila en el Liceu, Manon Lescaut en Lieja. También cantará Aida en Madrid ¿nos puede adelantar algún compromiso próximo?
En octubre cantaré mi primer Requiem de Verdi en Parma. En diciembre debuto en el Teatro San Carlo de Nápoles, La fanciulla del West. En enero Il tabarro y Suor Angelica, en el Teatro Comunale de Módena. Vuelvo a La Scala en octubre con Abigaille y debuto en París con Lady Macbeth. Espero cerrar pronto mi debut en el Metropolitan de Nueva York con Il trovatore, y volveré a España en 2019 para cantar Un ballo in maschera en el Teatro Campoamor de Oviedo y en el Teatro Real de Madrid.
Fotografía: San Francisco Opera.
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